Un asalto a una embajada significa una violación de la inmunidad diplomática y la extraterritorialidad de una misión diplomática, lo que equivale a un ataque al país al que representa y una violación de las leyes internacionales.
Atacar una embajada técnicamente es un acto de guerra y está tipificado como tal. Es también un medio para lograr objetivos políticos y, como tal, es una dinámica que usan los grupos terroristas. Entre los casos más destacados están la toma de la embajada de Alemania Occidental en Suecia (1974), la de Estados Unidos en Teherán (1979-1981), la de España en Guatemala (1980), la de Japón en Lima (1996) o la del consulado norteamericano en Bengasi (2012).
El libro “El asedio”, publicado recientemente, relata la extraordinaria operación de rescate llevada a cabo en la embajada iraní de Londres en 1980, un evento histórico que marcó un hito en las operaciones de fuerzas especiales y en el contexto de la Guerra Fría fue el centro de atención de la política internacional.
La toma de la embajada de Irán conmocionó al mundo y ha pasado a formar parte de la mitología nacional de Gran Bretaña. Era el 30 de abril de 1980, cuando seis hombres armados irrumpieron en la sede diplomática iraní, delante del Hyde Park. Allí tomaron como rehenes a 26 personas, incluyendo al personal de la embajada, visitantes y tres ciudadanos británicos. Luego siguió un tenso asedio de seis días. Con los informativos en directo de la TV, el drama se desarrolló en las pantallas de los hogares, día a día, hora tras hora. Fue la primera crisis de rehenes retransmitida en tiempo real y supuso un punto de inflexión en la relación entre las noticias en directo y el público. Sus lecciones aprendidas forman parte de los manuales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
En estos casos nadie sabe cómo acabará la historia. Este asedio, como describe Ben Macintyre, fue complicado y extraordinario. Todos los implicados son puestos a prueba: rehenes, hombres armados, policías, periodistas, políticos y el SAS. Recrea las dramáticas conversaciones entre negociadores y rehenes, el trabajo de inteligencia de vanguardia que ocurría entre bastidores y la frenética cobertura mediática alrededor de este momento de importancia internacional. En el fondo, se trata de una historia de errores humanos y consecuencias no deseadas, una tragedia de violencia política, étnica y religiosa.
La edición es magnífica porque contiene mapas, planos detallados, un índice completo y un extenso material gráfico de fotografías y documentos. Las fuerzas subyacentes que hace más de cuarenta años provocaron la crisis en Londres siguen angustiando y desestabilizando nuestro mundo, desde Gaza hasta Irán y Ucrania. Gran Bretaña nunca se había enfrentado a un incidente internacional de toma de rehenes de tal magnitud, y el asedio cambió el modo en que se percibía y abordaba el terrorismo.
Ben Macintyre es columnista y editor asociado en The Times, autor de “El agente Zigzag. La verdadera historia de Eddie Chapman, el espía más asombroso de la segunda guerra mundial” (2009), “El hombre que nunca existió. Operación Carne Picada” (2010), “La historia secreta del día” (2013), Un espía entre amigos. La gran traición de Kim Philby (2015), “Los hombres del SAS. Héroes y canallas en el cuerpo de operaciones especiales británico” (2017), “Espía y traidor. La mayor historia de espionaje de la guerra fría” (2019) y “Agente Sonya. Amante, madre, soldado, espía” (2021).
(Autor: Gabriel Cortina)
Ficha técnica:
El asedio
Ben Macintyre
Editorial Crítica
462 páginas




