En los últimos tiempos, la sociedad española ha sido testigo de cómo el discurso político está blanqueando una realidad que no debería admitir matices: EH Bildu es una extensión política de ETA. No se trata de una simple conjetura, sino de un hecho sostenido por pruebas y condenas que no dejan espacio a la duda. La nueva dirección de EH Bildu incluye a siete individuos condenados por terrorismo, y cuatro de ellos han cumplido penas de prisión por pertenencia a ETA. Entre sus crímenes se encuentran el asesinato, secuestros a empresarios y la colocación de artefactos explosivos.
Es imposible separar EH Bildu de ETA. Decir EH Bildu es decir ETA, y viceversa. Este partido político sigue perpetuando las mismas ideas y estrategias que en su día marcaron el accionar terrorista de ETA. La realidad es clara: cada vez que el Gobierno de España se apoya en los votos de EH Bildu para mantenerse en el poder, está blanqueando a un grupo de terroristas y asesinos.
La presencia de Arnaldo Otegi como líder de EH Bildu es un recordatorio constante del pasado violento y terrorista de este partido. Otegi, quien fue condenado por pertenencia a ETA, ahora intenta presentarse como un político respetable, pero su historial es una mancha indeleble. La participación de individuos con antecedentes tan oscuros en la vida política de España no solo es un insulto a las víctimas de ETA, sino también una amenaza para la salud democrática del país.
No podemos olvidar los crímenes de ETA. Entre las víctimas de ETA se cuentan cientos de inocentes, incluidos niños, familias enteras, y servidores públicos que cayeron bajo la violencia despiadada asesina de esta organización terrorista. Sus métodos brutales y su desprecio por la vida humana no deben ser pasados por alto ni mucho menos justificados bajo ninguna circunstancia. La historia de España está marcada por el dolor que ETA infligió durante décadas, y ahora vemos cómo se han infiltrado en las instituciones públicas a través de EH Bildu.
Si el gobierno sigue dependiendo de Bildu-ETA para gobernar, estará blanqueando a un grupo de terroristas y asesinos. La política no puede ser un refugio para quienes alguna vez decidieron asesinar para imponer sus ideas comunistas. El Ejecutivo, liderado por Pedro Sánchez, ha demostrado una preocupante tendencia a buscar alianzas con EH Bildu, justificando esta relación como una necesidad parlamentaria. Sin embargo, lo que realmente está ocurriendo es una normalización del terrorismo en el escenario político español.
El hecho de que siete miembros de la dirección de EH Bildu hayan sido condenados por delitos de terrorismo subraya la peligrosidad de permitir que este partido tenga una influencia creciente y significativa en la legislación y las decisiones del Gobierno. Cada pacto y cada acuerdo con EH Bildu es un golpe a la memoria de las víctimas y una burla a la justicia.
Es necesario decir ya basta, y eso incluye no permitir que aquellos que alguna vez se levantaron en armas contra el Estado ahora tengan un asiento en el Congreso. La soberanía nacional de España y la unidad de su pueblo no pueden ser negociadas ni puestas en riesgo por conveniencias políticas de corto plazo.
EH Bildu no ha mostrado arrepentimiento, no ha condenado los actos terroristas de ETA de manera clara y contundente, ni ha pagado por sus crímenes. Esta ambigüedad moral es inadmisible en una sociedad que respete a sus ciudadanos y la ley. Si seguimos permitiendo que exterroristas tengan poder político, estamos enviando un mensaje de debilidad y de olvido hacia las víctimas del terrorismo. ¡España merece mucho más!
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