En dicho lanzamiento del informe, el secretario de Estado Antony Blinken rompió con administraciones anteriores y se refirió a la prostitución como «trabajo sexual». Al hablar de las víctimas de la trata, Blinken dijo que «muchas se ven obligadas a dedicarse al trabajo sexual comercial». En el informe  existe, además, una referencia sobre la trata de niños que se refiere a los niños como trabajadores sexuales.

El término ‘trabajo sexual’ es un eufemismo para el comercio sexual y el sistema de prostitución. Acuñado en la década de 1970 por un movimiento con intereses financieros y políticos en la promoción del comercio sexual, el término ‘trabajo sexual’ está diseñado para incorporar y normalizar los daños de la prostitución y borrar sus vínculos inextricables con la trata con fines de explotación sexual. El término se usa para promover la teoría de que la prostitución es un trabajo como cualquier otro, y un llamado a leyes que legalicen y despenalicen el comercio sexual, incluidos los actos de proxenetismo, posesión de burdeles, compra de sexo y «turismo sexual”.

El aparente apoyo de la administración Biden para despenalizar la prostitución ha provocado la ira de una amplia gama de defensores de los derechos humanos.

El movimiento de la Administración Biden para despenalizar la prostitución no debería ser una sorpresa total. La vicepresidenta Kamala Harris brindó su apoyo para legalizar la prostitución como candidata presidencial de 2020, concluye C-Fam.