El Doctor es cómplice directo de los asesinatos de la ETA elevados a un modo fructífero de hacer política por su predecesor y modelo Zapatero. Cómplice de los separatismos, llegados al golpismo abierto en un proceso de destrucción de la unidad nacional. Promotor de una amnistía que vulnera la Constitución y legitima el golpe de estado. Perseguidor de las libertades democráticas con leyes como la de memoria chekista. Destructor de las garantías judiciales con las leyes “de género”. Asaltante a las instituciones de las que se ha venido apoderando por medio de sus agentes: Tribunal Constitucional, CGPJ, Fiscalía, RTVE, CNI, CIS, Indra, Agencia Efe, etc. en un plan para dominar a medio plazo la sociedad española hasta en los sentimientos de las personas con leyes “de odio”, y similares. Es heredero y continuador de los crímenes y robos de su partido en el Frente Popular, que también destruyó lo que tenía de democrática la II República … Con sus modales afectados y su descaro para mentir sin tasa, el Doctor es, desde su mismo doctorado, un timador de esquina, un delincuente. Al que vuelve peligrosísimo el poder que ha alcanzado, con la complicidad, a su vez, de un PP que comparte todos sus puntos políticos y solo difiere en que ha de rivalizar por los cargos y dineros.
Ahora Abascal ha dicho que el pueblo español terminará queriendo colgar por los pies al delincuente. No ha sido una imagen afortunada, y supongo que debe ser una manera popular o metafórica de decir que debería ir a la cárcel, lógicamente. Por supuesto, el PP se ha colocado inmediatamente al lado de su cómplice, y muchos otros fingen horrorizarse de la expresión mientras aceptan con naturalidad los delitos del doctor o la amenazas e insultos prodigados por la izquierda contra el propio Abascal. La farsa en la que se está hundiendo nuestra democracia. Desde Aznar.
Pío Moa | Escritor | https://www.piomoa.es/