La presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, y la mayoría socialista y de Sumar en la Mesa del Congreso cortocircuitan cualquier iniciativa de los populares por mucho que haya una sentencia del Constitucional de 2028 avalando que un gobierno en funciones pueda someterse a control parlamentario.

Pero se podría el control en el Senado

Pero, paradójicamente, ese no es el caso del Senado donde el PP disfruta de una holgada mayoría absoluta con la que está en disposición de forzar comparecencias del presidente del Gobierno y de los ministros, convocar plenos de control y constituir las comisiones parlamentarias, aunque ya tiene, al menos, calendario del periodo de sesiones plenarias.

No deja de ser paradójico, salvo la complicidad referida, que la portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, denuncie el «secuestro» de la Cámara Baja, donde la actividad parlamentaria es inexistente, y en cambio, no se use el Senado para marcar el paso al Gobierno y se vea obligado a hablar, por ejemplo, de las dos cuestiones que más esquiva e incomoda, esto es, de amnistía y referéndum de autodeterminación.

De hecho, el tribunal de garantías constitucionales estimó en su día que «el hecho de que el Gobierno esté en funciones no impide la función de control de las Cámaras, ya que en la medida en que el Gobierno sigue desarrollando actividad, esta no puede quedar exenta del control de las Cortes Generales conforme a los artículos 1 y 66 CE, sin perjuicio de que, la función de control habrá de adecuarse a la propia situación del Gobierno en funciones».

Tan solo, y muy tímidamente, los populares pidieron el pasado día 10 la comparecencia en el Senado del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, «para que informe de la posición del Gobierno ante el ataque terrorista de Hamas a Israel», si finalmente no lo hace en el Congreso.

Ya, incluso, varios sectores del partido, sabedores de la dejación voluntaria de responsabilidades,  apuestan por «hacer oposición de verdad», independientemente de que el actual gobierno esté en funciones y, por tanto, sólo pueda ocuparse del despacho ordinario de los asuntos públicos», salvo casos de urgencia debidamente acreditados, tal y como reza el artículo 21.3 de la ley de Gobierno.

Pero  ya saben, la hoja de ruta del PP la marcan otros y el PP es solo una comparsa, un títere.

(Con información de El Independiente)