¿Chantaje o traición? | José Antonio Ruiz de la Hermosa

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El jueves por la noche, según los medios de prensa oficiales el viernes, conocíamos la carta de un individuo que engañando a los electores y al resto de los españoles se ha hecho con el puesto de presidente del desgobierno de España al rey de Marruecos, conocido entre sus huestes y afines como “el Comendador de los Creyentes” descendiente, según él de la propia familia de Mahoma, el que fuera creador de la religión Islámica.

La carta que conocemos, no porque él que la envía la haya hecho pública, sino porque la prensa del país vecino es quien la ha llevado al conocimiento general, creo que dice, ya que no nos ha llegado copia del original, sino lo que publican los medios marroquíes y según parece, que el desgobierno de España acepta la posición marroquí sobre la llamada descolonización y posterior autonomía del Sáhara Occidental Español.

Este es actualmente y según las Naciones Unidas uno de los diecisiete territorios pendientes de descolonización en el Mundo, igual que Gibraltar, y está en esa situación, desde que en 1960 (15 de diciembre) se asignase su vigilancia al Comité Especial de Descolonización. Esto pasó a petición del Movimiento de los Países no Alineados, que como todo el Mundo sabe no eran más que un títere de la URSS; Pero, curiosamente ni Estados Unidos, país que oficialmente era amigo de España, ni su secuaz Inglaterra se opusieron. Algo que comprendemos ahora con el paso del tiempo y los sucesos acaecidos.

El Sáhara fue un territorio que se comenzó a incluir en el área de influencia española, cuando en 1476 el entonces gobernador de Lanzarote, Diego García de Herrera, fundó un fuerte al que denominó Santa Cruz de la Mar Pequeña. Desde ese momento las relaciones con las tribus bereberes de la zona fue relativamente pacífica y de intercambio, expandiéndose la presencia española durante los siguientes siglos, hasta que el reparto de África por las potencias europeas consolidó unas fronteras hechas con tiralíneas de la que fuera la futura provincia española desde que así lo quiso Franco en 1969.

Desde ese momento los habitantes del territorio tenían los mismos derechos y deberes que el resto de los españoles, incluida la representación por el “sistema electoral vertical” en las Cortes Españolas. De hecho y como nunca ha sido reconocida la pérdida de españolidad de ese territorio, los saharauis, sus ascendientes y sus descendientes continúan siendo españoles y tienen un Documento Nacional de Identidad que así lo acredita. Nunca se les ha retirado esa nacionalidad, pero si se les ha ninguneado la posibilidad de renovar los documentos que la acreditan. Algo que encontramos lógico teniendo en cuenta lo que está pasando.

Cuando se produce el tratado de Madrid el 6 de Noviembre de 1975, con Franco prácticamente muerto y manteniéndose en vida de forma mecánica, se firman estos acuerdos, bajo la tutela de Juan Carlos I, y cuando se produce la Marcha Verde, financiada, orquestada y dirigida por Estados Unidos, cediendo España la Administración del territorio Marruecos y Mauritania, aunque este país se retiraría a no tardar mucho del evento. Esto sucedió, aunque el Comité de la ONU para la descolonización no estuviera de acuerdo, ni fuese informado, ni nada al respecto, pero la voluntad e Estados Unidos era incuestionable y nadie quiso o fue capaz de frenar la invasión

Los motivos de que el desgobierno de la época dejase en manos de Marruecos el Sáhara son perfectamente claros y conocidos. Estados Unidos, más concretamente la familia Rockefeller tenía intereses en la segunda mina más importante de fosfatos del mundo, y estaba interesada en hacerse con el control de los yacimientos fosfatos más importantes del mundo, los de «Fos Bucraa», Gas y Petróleo de Smara, Oro, Uranio y tierras y minerales raros por diversas partes del territorio. Algo lo bastante suculento como para invadir o destruir el país que se opusiera, aunque fuera España. Y por supuesto nadie se opuso en España, porque quien podía hacerlo pensaba en su futuro personal y no en el de la Nación

Lo cierto es que el devenir del tiempo, el agotamiento de las minas de fosfatos marroquíes, en realidad de Rockefeller, las grandes reservas de gas y petróleo de Smara y sobre todo los minerales estratégicos situados al sur de Canarias, han llevado a Marruecos, como peón de brega de los intereses de Wall Street, a ir cerrando el cerco en contra de España y de territorios que actualmente son de soberanía española. Todos conocemos el asalto a Ceuta y Melilla que se repite de forma continuada.

También, la colonización de las islas Canarias, que ha llegado a un punto en que en las islas orientales, la población marroquí dobla a la española y, si no se ha procedido a una sublevación, es simplemente porque en ese conglomerado hay un 25% de población de Europa y Norteamérica, lo que sería un problema. Problema, que se está solucionando con el abandono de los europeos de la zona ante la inseguridad policial, jurídica, civil y finalmente de las propias personas como tales. Se están abandonando propiedades y negocios sin contrapartidas y casi de prisa y corriendo. Además, de que la pandemia de Covid ha potenciado dicho abandono.

Con todo esto llegamos a la famosa carta de Pedro Sánchez al Comendandor de los Creyentes, que si yo fuese un mal pensado creería que está íntimamente relacionada con el interés económico de: Gas, Petróleo, Oro, Uranio, Metales raros y caros, plataforma pesquera Canario-Sahariana, Territorios de Canarias, etc…. Yo me pregunto acerca de los miles y miles de millones que van a reportar de beneficios estos desérticos territorios, ¿a quien le va a tocar la pedrea en esta lotería?. Pues mire como dicen los policías cuando llegan a la escena de un crimen ¿Quién se beneficia de esto? Y ya tenemos hilo del que tirar. Lo que no sabemos es el importe de lo que se paga a Bellido Dolfos… Y ahí, lo dejo

José Antonio Ruiz de la Hermosa | Escritor

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