54.373 kilómetros —de los 101.700 que conforman el entramado estatal y autonómico— presentan daños graves o muy graves.
La grave crisis de las carreteras españolas
Más de la mitad de las carreteras españolas en mal estado reflejan el colapso de la gestión política de las infraestructuras. El último informe de la Asociación Española de la Carretera (AEC) ha encendido todas las alarmas: 54.373 kilómetros —de los 101.700 que conforman la red estatal y autonómica— presentan daños graves o muy graves.
Este panorama evidencia que España ha dejado de ser un país moderno en materia de transporte terrestre para convertirse en tercermundista. La falta de inversión y el abandono político han convertido los desplazamientos diarios en un riesgo creciente.
La urgencia es máxima en los 33.966 kilómetros que necesitan reconstrucción inmediata, donde los problemas estructurales incluyen baches profundos, grietas conocidas como piel de cocodrilo y pérdida acelerada del asfalto.
Aragón, Castilla-La Mancha y Galicia: el mapa del abandono
La crisis no golpea por igual a todo el país. Algunas comunidades sufren un deterioro especialmente alarmante en sus carreteras españolas en mal estado.
- Aragón lidera el drama: un 68% de su red viaria está prácticamente inservible.
- Castilla-La Mancha y Galicia alcanzan el 59% de tramos en condiciones críticas.
- Castilla y León, La Rioja y Asturias superan el 45% de deterioro.
Estas desigualdades interregionales no solo afectan a la movilidad ciudadana, sino que revelan la inequidad en la inversión pública. Mientras unos territorios reciben atención presupuestaria, otros quedan relegados al olvido.
El coste económico y social de la desidia
La reparación de las carreteras españolas en mal estado exige un desembolso urgente de 13.400 millones de euros. El déficit acumulado se ha disparado en apenas tres años por el encarecimiento de los materiales, la energía y la mano de obra.
Los efectos económicos se sienten ya en la vida diaria de los ciudadanos:
- Solo en julio y agosto, el mal estado del firme ha provocado un sobrecoste en combustible de más de 270 millones de euros, debido al mayor consumo y la reducción de velocidad.
- Las empresas de transporte por carretera se ven penalizadas frente al ferrocarril, agravado por el polémico impuesto a los hidrocarburos.
- Los retrasos logísticos, los costes adicionales y el aumento del riesgo de accidentes se convierten en una amenaza directa para la competitividad nacional.
La crisis de las carreteras no es, por tanto, un simple problema de asfalto, sino un factor que erosiona la economía, encarece el transporte y pone en riesgo la seguridad vial.
Óscar Puente: golf, redes sociales y ausencia política
Mientras las carreteras españolas en mal estado se multiplican, el ministro de Transportes, Óscar Puente, exhibe una gestión marcada por la frivolidad y negligencia. Su actividad pública destaca más por tuits polémicos y partidos de golf. ¿Medidas concretas para atajar la crisis de infraestructuras? Ninguna.
El contraste es escandaloso: la AEC insiste en movilizar recursos de los Presupuestos Generales del Estado, activar fondos europeos e impulsar sistemas de financiación compartida, mientras el ministro sigue ausente del debate esencial para millones de ciudadanos.
La desatención política resulta todavía más grave cuando recordamos episodios recientes como la DANA, que obligó a gastar más de 157 millones de euros en reparaciones puntuales. Estas medidas, aunque necesarias, resultan claramente insuficientes frente a un deterioro estructural y generalizado.
Tecnología e inteligencia artificial: diagnóstico sin soluciones
El último informe se elaboró con tecnología avanzada: coches equipados con cámaras de alta resolución y sistemas de inteligencia artificial supervisados por expertos humanos. Gracias a ello, la muestra territorial se multiplicó por diez y el diagnóstico alcanzó una precisión sin precedentes.
Sin embargo, este progreso técnico no sustituye la inversión real en infraestructuras. Detectar con detalle los problemas no sirve de nada si el Estado no destina recursos a repararlos. La tecnología señala la magnitud del desastre, pero la política sigue ausente.
Carreteras españolas en mal estado: un problema de todos
El ciudadano común ya percibe la magnitud de la crisis. La precariedad de las carreteras españolas en mal estado afecta a la rutina diaria:
- El 52% de la red total muestra daños graves o muy graves.
- Un 32% requiere reconstrucción inmediata.
- Aragón es la región más castigada, con casi siete de cada diez kilómetros dañados.
Cada desplazamiento cotidiano se convierte en una prueba para vehículos y conductores, mientras la política se entretiene en debates ideológicos y en batallas en redes sociales.
El deterioro de las carreteras españolas en mal estado simboliza el fracaso de un gobierno incapaz de atender las necesidades reales de los ciudadanos. Ni el ministro Óscar Puente ni el Ejecutivo de Sánchez han dado la talla en materia de infraestructuras.
Las cifras no admiten excusas: más de la mitad de la red viaria se encuentra al borde del colapso. La inversión necesaria es urgente, y la paciencia de los ciudadanos se agota.




