¿Alternancia o Alternativa? | Mariano Martínez-Aedo

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Parece un juego de palabras o una pregunta de Lengua pero no, es otra cosa.  Se trata de tener claro qué se necesita, qué deseamos, qué es lo que puede solucionar los problemas en lugar de perpetuarlos.

A pesar de su dominio sobre la mayoría de los medios de comunicación, cada vez son más evidentes para la mayoría de la sociedad los graves problemas que tenemos y la pésima gestión del actual gobierno.  Por tanto, cada vez más gente es consciente de la necesidad de un cambio.   Pero ¿qué cambio?

Es evidente que un gestor serio y no dominado por ideologías extremistas puede ser una mejora evidente en general, pero si se trata, poniendo un caso extremo, de un campo de concentración, resultará que si es más eficiente habrá más muertos y más sufrimiento.  Por tanto, no es cuestión sólo de dirigentes sino también, y en buena medida, de estructuras y de objetivos.

En la teoría de gestión, dirigido generalmente a empresas pero que puede aplicarse también a administraciones, existen varios modelos de regeneración organizacional.  Uno de ellos, llamado “Planificación Base cero”, consiste en volver a definir los objetivos de cada unidad y los recursos necesarios para cumplirlos, y luego en un proceso de priorización, ir definiendo qué es más importante y qué menos, de forma que se asignen los recursos donde más nos interesa.  Esto es la alternativa a ir simplemente conservando lo anterior con pequeños ajustes.

Pues bien, en nuestra sociedad, en nuestras administraciones públicas hay muchas, muchísimas cosas que se hacen simplemente porque se hacían anteriormente.  Y se trata de que no sea la inercia lo que nos arrastre.  Y si eso significa eliminar o reducir drásticamente ciertos organismos pues hágase.  Si se trata de políticas radicalmente distintas pues aplíquese.  Pero que no sea el principio directriz lo que se ha hecho el año pasado.

Y este cambio de verdad se debe aplicar a la forma de gestionar y a los objetivos.   No sólo de alternar a los dirigentes para que hagan más o menos lo mismo, si es posible un poco mejor.  Necesitamos regenerar nuestra sociedad y nuestro sistema político.   No sólo cambiar a los dirigentes.  No se trata de que haya un ministro de Igualdad menos sectario que la actual, sino que de eliminar ese ministerio absurdo dirigido sólo a políticas ideológicas extremistas y aberrantes.  La igualdad como valor reconocido en la Constitución es transversal.  ¿O es que vamos a tener que tener ministerios de democracia, de verdad, de honradez, etc.?

Por tanto, hay que buscar no sólo la alternancia sino una alternativa a tantas y tantas deficiencias, aberraciones, defectos, etc. de nuestra sociedad y de nuestras administraciones.   Si nos contentamos con un cambio de caras, la crisis que sufrimos y las graves carencias sociales que está agravando la gestión actual seguirá desarrollándose y haciendo cada vez más difícil evitar un derrumbe social que nos afectará a todos.

Hay graves problemas sistémicos que nos van corroyendo como sociedad y que no se pueden eludir (o peor, ir agravando) y que un simple cambio nominativo en las cúpulas no resolverán.  La ruptura familiar, el derrumbe demográfico, los excesos e ineficiencias del modelo autonómico, el desastre de la educación en España, la imposición de contravalores por parte de los organismos internacionales con la excusa de nuevos derechos, etc.

Simplemente con eslóganes no se resolverán todos estos y otros graves problemas.   Por ello, no busquemos sólo que cambien los gobernantes sino cómo se gobierna y con qué objetivos.  No cambiemos sólo el patrón del barco sino también el timón.

Porque cuando vemos algo mal, no se trata de hacer lo mismo al revés sino de hacer lo contrario.

 

Mariano Martínez-Aedo | Vicepresidente IPF

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