El Ayuntamiento de Barcelona vincula la masculinidad con las conductas violentas y las agresiones homófobas.
Nuevo conejo de la chistera de Ada Colau. Barcelona dispondrá a partir del próximo mes de octubre de un «Centro de Nuevas Masculinidades«, una especie de entidad municipal cuya función será reeducar a los hombres, una escuela sobre los «imaginarios de lo que significa ser hombre» que apueste por un cambio de paradigmas. La «idea» cuenta con el aval no sólo de la alcaldesa sino de la cuarta teniente de alcalde de Derechos Sociales, Justicia Global, Feminismos y LGTBI, Laura Pérez y fue presentada ayer con todo lujo de detalles por ambas políticas.
El propósito es formar a los trabajadores municipales y reeducar a los jóvenes, aunque la escuela también estará abierta a los hombres que quieran reconducir sus instintos o hábitos adquiridos. Según Colau, de lo que se trata es de cambiar el guion de que los hombres deben ser «duros o incluso agresivos».
La concejal Laura Pérez ha abundado en la línea de la alcaldesa al afirmar que «ser hombre no significa señalar al distinto que no cumple con los roles de lo que se supone que tiene que ser un hombre«. De esta forma, la edil ha vinculado la presentación y las funciones de la escuela con el aumento de las agresiones homófobas.
Entre los objetivos del centro figura también la promoción de modelos de masculinidad «abiertos, plurales y heterogéneos alejados de formas relaciones desiguales o injustas«. Colau ha añadido su toque a este propósito al apuntar que «ser hombre no es incompatible con la sensibilidad«. La escuela también ofrecerá actividades terapéuticas para aquellos hombres que lo soliciten y jornadas familiares para que los padres puedan explicar y difundir entre sus hijos otras formas de ser varones diferentes a las que, según Colau y Pérez, rigen en la actualidad.
Para redondear la presentación del «Centro de Nuevas Masculinidades», Colau aseguró que «los discursos del odio se están introduciendo en las instituciones» y que tales discursos «no son bienvenidos en Barcelona».
(Pablo Planas. Libertad Digital)