En 2024 se registraron 318.005 nacimientos, la cifra más baja desde que comenzó la serie estadística en 1941
Una sociedad con déficit de natalidad es una sociedad abocada al suicidio demográfico.
La crisis de natalidad en España alcanza niveles insostenibles. El país registra 318.005 nacimientos en 2024, mínimo histórico, y la fertilidad femenina cae en picado tras los 30.
España afronta una crisis de natalidad en mínimos históricos
España vive una crisis de natalidad en España sin precedentes. Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) confirman que en 2024 se produjeron 318.005 nacimientos, la cifra más baja desde que comenzó la serie en 1941. Esta caída supera el 25 % en apenas una década, lo que refleja una emergencia demográfica grave.
Los expertos advierten que una nación sin relevo generacional compromete su futuro económico, social y cultural. Una sociedad que renuncia a la vida renuncia a su propia continuidad. España se dirige hacia un escenario de suicidio demográfico si no recupera una cultura de familia fuerte, estable y abierta a la maternidad.
La maternidad tardía profundiza la crisis demográfica
Un informe revela un dato alarmante: el 39,7 % de los bebés nacen de madres mayores de 35 años, una franja donde la fertilidad cae con intensidad.
El retraso en la maternidad impulsa la crisis de natalidad en España. Una mujer de 30 años tiene la mitad de probabilidades de quedarse embarazada que una de entre 20 y 24. Tras los 35, las opciones disminuyen todavía más y aumentan el riesgo de abortos espontáneos y complicaciones durante la gestación.
La cultura materialista, el feminismo radical y la ideología de género han erosionado la familia natural. Las mujeres españolas reciben un mensaje tóxico: priorizarlo todo antes que la maternidad. Este enfoque destruye las posibilidades de sostener una nación prospera y libre.
Cambia el perfil de las madres: más de 40 años que jóvenes de 25
Los datos reflejan un giro profundo. Actualmente, los nacimientos de madres con 40 años o más ya alcanzan el 10,4 %, superando el 9,8 % de mujeres menores de 25. En 2014, las madres de 40 representaban el 7,2 %, lo que confirma un incremento continuo.
Este cambio muestra cómo la crisis de natalidad en España se agrava. La juventud renuncia a formar familias por falta de apoyo, precariedad laboral y un entorno político hostil hacia la maternidad. El Gobierno promueve ideologías que ignoran la urgencia de impulsar políticas favorables a la vida.
El primer hijo llega demasiado tarde: la edad sube desde 1980
La edad del primer hijo crece sin pausa. En 1980, las mujeres tenían su primer bebé a los 25,6 años. Hoy lo hacen a los 32,6 años, y las españolas alcanzan los 33,2 años. Esta demora reduce drásticamente la posibilidad de tener más hijos y provoca infertilidad secundaria.
Este retraso explica por qué la crisis de natalidad en España avanza con rapidez. El país necesita un cambio profundo que defienda la vida, apoye la maternidad y reconozca el valor insustituible de la familia.
España debe reaccionar antes de que sea tarde
La crisis de natalidad en España exige una respuesta inmediata y valiente. España no sobrevivirá sin familias fuertes, sin maternidad protegida y sin un compromiso real con la vida. El Gobierno debe abandonar agendas ideológicas que destruyen la demografía y deben surgir políticas que impulsen la libertad económica, apoyen a las madres y refuercen la unidad nacional.
Es momento de elegir: o defendemos la vida y el futuro, o aceptamos un suicidio demográfico anunciado.




