El Gobierno financia una ONG liderada por una exetarra

Para los expertos se trata de una prueba piloto para regar de miles de euros a los entramados de organizaciones políticas y sociales proetarras.

El Gobierno financia una ONG etarra que impulsa el separatismo vasco y el uso obligatorio del euskera en todos los ámbitos sociales.

A finales de septiembre de 2025, el Ministerio de Trabajo, encabezado por Yolanda Díaz, destinó 44.000 euros de dinero público a la organización Pausu Media, una entidad con raíces independentistas vascas vinculadas a la banda terrorista ETA.

Esta decisión supone un paso más en el proceso de blanqueamiento del entorno proetarra que lidera el Ejecutivo de Pedro Sánchez, quien continúa premiando a los socios del separatismo a costa de los impuestos de los españoles.

Una subvención con sello de radicalismo nacionalista

Según el Sistema Nacional de Publicidad de Subvenciones y Ayudas Públicas (SNPSAP), Pausu Media recibió por primera vez una ayuda estatal el 22 de septiembre de 2025, dentro del denominado Plan Integral de Impulso a la Economía Social.

Hasta esa fecha, la ONG se sostenía gracias a las subvenciones sin contraprestación del Gobierno vasco, el Gobierno navarro y los ayuntamientos de Irún y Pasaia, entre otros.

Ahora, el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha dado un paso más en su deriva ideológica de promoción del separatismo, integrando a una organización nacionalista en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Detrás de ese lenguaje burocrático se esconde una realidad inquietante: el Gobierno financia una ONG etarra que actúa como laboratorio de adoctrinamiento ideológico y lingüístico.

Los expertos advierten que este movimiento constituye una prueba piloto para expandir un modelo de subvenciones que terminará beneficiando a entramados sociales y políticos proetarras en toda España.

Pausu Media: propaganda cultural con dinero público

Pausu Media se presenta como una entidad “comprometida con los valores del tercer sector de la comunicación”. Sin embargo, su verdadera actividad se centra en la promoción del euskera como herramienta política.

Desde su fundación, ha impulsado medios como Antxeta Irratia, Bidasoa Media y Antxeta II Irratia, todos ellos orientados a la “normalización del euskera” y a la “diversidad cultural” según su propio ideario.

En realidad, estos medios actúan como altavoces del separatismo vasco, infiltrando su discurso en la sociedad mediante una aparente defensa cultural. El uso de fondos estatales en estas iniciativas demuestra cómo el Gobierno financia una ONG etarra que emplea la lengua como instrumento de ingeniería social.

La subvención de 44.000 euros no representa solo una ayuda puntual, sino el reconocimiento político de una entidad marcada por su pasado terrorista.

Una exetarra al frente de la organización

El escándalo crece al conocerse que Miren Azkarate, vicepresidenta de Pausu Media, fue condenada a cinco años de prisión por colaboración con la banda terrorista ETA.

Según la sentencia del Tribunal Supremo, “nada indica que existiera alguna clase de disminución en su capacidad de conocer la ilicitud de la conducta consistente en colaborar con una banda terrorista”. Pese a su pasado, el Ejecutivo socialista la premia hoy con financiación pública.

El hecho de que una excolaboradora de ETA dirija una ONG subvencionada por el Estado supone una afrenta a las víctimas del terrorismo, un paso más en el blanqueamiento de los asesinos etaras y una muestra de la impunidad con la que el Gobierno financia una ONG etarra para extender su agenda ideológica.

Los millones del nacionalismo: Navarra y País Vasco

Desde 2021, Pausu Media ha recibido miles de euros del Gobierno vasco y del Gobierno de Navarra. Estos fondos autonómicos se destinan a fortalecer su presencia mediática y a consolidar una estructura de comunicación afín al separatismo proetarra.

El reciente respaldo económico de Sánchez rompe la línea roja que hasta ahora separaba al Estado de las organizaciones ligadas al entorno abertzale. El mensaje político es inequívoco: el socialismo y el nacionalismo se han aliado para reconfigurar la identidad cultural española desde dentro.

La triple financiación —autonómica, local y estatal— garantiza a Pausu Media un flujo constante de recursos para promover un modelo de sociedad que niega la unidad nacional y glorifica el independentismo terrorista.

El blanqueamiento del entorno proetarra

El caso de Pausu Media no es aislado. Responde a una estrategia planificada del Gobierno de Pedro Sánchez para normalizar la presencia del independentismo radical en las instituciones. Mientras se recortan fondos para familias, agricultores o policías, el Ejecutivo regala dinero público a estructuras que alimentan el odio a España, intentan romperla y promocionan indirectamente el terrorismo.

El Ministerio de Trabajo, bajo la comunista Yolanda Díaz, utiliza programas de “inclusión social” para encubrir transferencias ideológicas. En nombre de la “diversidad cultural”, se subvenciona la imposición del euskera, la desespañolización de la vida pública y la expansión de una red mediática al servicio del separatismo.

La realidad es incontestable: el Gobierno financia una ONG etarra que simboliza la rendición moral de la izquierda ante el nacionalismo. El Estado que debería honrar a las víctimas ahora paga los proyectos de sus verdugos. Cada euro entregado a Pausu Media es una traición a la memoria, la justicia y la unidad de España.

Sánchez ha cruzado todas las líneas éticas. Con la complicidad de Díaz y el silencio de Marlaska, el Ejecutivo socialista convierte el dinero público en herramienta de propaganda separatista.

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