Ana Redonda ha pasado del ridículo por las pulseras «falsas» a que el aborto sea un derecho Constitucional.
Les da igual potenciar la muerte de bebés si eso les sirve para mantenerse en el poder.
Ana Redondo y su estrategia del aborto constitucional
La ministra de Igualdad, la socialista Ana Redondo, ha pasado del ridículo de las pulseras telemáticas defectuosas a plantear que el aborto sea un derecho constitucional. Una maniobra de distracción con fines ideológicos y de poder.
El fracaso de las pulseras telemáticas
El escándalo de las pulseras telemáticas, que supuestamente debían proteger a las mujeres víctimas de violencia, ha colocado a Ana Redondo en el centro del ridículo político. Esas pulseras resultaron ineficaces, y varios casos graves demostraron su inutilidad.
Frente a la indignación social y mediática, la ministra no buscó soluciones reales ni asumió responsabilidades políticas. Optó por una huida hacia adelante: desviar la atención y abrir un debate artificial sobre el aborto. De este modo, pretende consolidar la ideología feminista radical y ocultar un fracaso clamoroso.
El aborto como bandera socialista
El lunes, Ana Redondo y la comunista Mónica García, ministra de Sanidad, presentaron el infoaborto, una web destinada a promover aún más la cultura de la muerte bajo el disfraz de información pública.
En palabras de la propia ministra:
“Nuestras leyes son recientes, potentes, con un reconocimiento suficiente y hay que dar tiempo a las leyes [en referencia a la reforma del 2023] para que se desarrollen. Pero también es verdad que hay países que han optado por un reconocimiento del derecho al aborto en la Constitución que nos inspiran y somos conscientes de que ese es el camino porque cuando se reconoce en la Constitución, aunque cambie el Gobierno, se respetan las reglas del juego”.
Este discurso revela la verdadera intención del socialismo: blindar el aborto en la Constitución para que ningún Gobierno futuro pueda revertir esta barbarie. No hablamos de mejorar la vida de las familias ni de proteger a las mujeres, hablamos de garantizar la muerte de los inocentes como símbolo ideológico.
Contradicciones y oportunismo
Hace apenas unos meses, la propia Ana Redondo negó hasta dos veces a Yolanda Díaz la posibilidad de introducir el aborto en la Constitución. Hoy, tras el bochorno de las pulseras, cambia de postura sin rubor alguno.
El oportunismo es evidente. Para la izquierda, la defensa del aborto sirve como cortina de humo, como bandera feminista y como arma política contra cualquier alternativa provida. Les da igual la incoherencia, les da igual la vida de los bebés, lo importante es mantenerse en el poder.
El artículo 43 en el punto de mira
La maniobra consistiría en modificar el artículo 43 de la Constitución, que reconoce el derecho a la protección de la salud. Socialistas y comunistas plantean añadir un apartado que incluya expresamente “el derecho a una interrupción voluntaria del embarazo que sea libre, informada, plena y universal”.
El texto exigiría además que “los poderes públicos garantizarán el ejercicio de este derecho con absoluto respeto a su autonomía física”. En lenguaje claro: aborto legal, gratuito y garantizado por el Estado hasta el mismo momento del parto.
Se trata de un paso más en la campaña ideológica que sitúa a España como vanguardia de la cultura de la muerte, siguiendo el ejemplo de las políticas más radicales de la izquierda internacional.
¿Complicidad del Partido Popular?
La pregunta ahora es inevitable: ¿permitirá el PP que se consagre el aborto constitucional?
Una modificación puntual del artículo 43 requiere tres quintas partes del Congreso y del Senado. Exactamente la misma fórmula que ya vimos cuando PP y PSOE se pusieron de acuerdo para modificar el artículo 49 sobre la discapacidad.
La experiencia reciente demuestra que, cuando la izquierda presiona en nombre del feminismo y los “derechos sociales”, el PP termina cediendo. Si vuelve a suceder, no solo será cómplice de la agenda abortista, sino también responsable de atar de manos a futuros Gobiernos que quieran defender la vida.
Aborto constitucional: un ataque a la vida y a la familia
Blindar el aborto en la Constitución supone un ataque directo contra la vida desde la concepción y contra la familia natural. Significa elevar a rango supremo un “derecho” que no existe en ningún fundamento moral ni natural, sino en la ingeniería social de la izquierda más extrema.
España pasaría a situarse entre los países que consideran la muerte de los inocentes como un bien protegido. Una aberración jurídica y moral que ningún Gobierno con principios debería tolerar.
La agenda ideológica frente a la realidad
Mientras la ministra se dedica a blindar el aborto constitucional, España vive un invierno demográfico sin precedentes por el déficit de natalidad existente. Se baten récords de abortos, mientras las familias se ven asfixiadas por la falta de ayudas reales a la maternidad.
La ideología socialista no quiere políticas de natalidad, no quiere apoyo a las madres ni defensa de la vida. Prefiere consolidar la cultura de la muerte porque le resulta útil para mantenerse en el poder y contentar a su base radical.
El aborto en la Constitución no es un derecho, es un atentado contra la vida. La verdadera defensa de la mujer y de la sociedad pasa por apoyar a las familias, proteger a los no nacidos y garantizar la libertad educativa y religiosa, no por blindar la muerte en nuestra Carta Magna.
1 comentario en «La huida hacia delante de la ministra de Igualdad, la socialista Ana Redondo»
El aborto es un problema para el que tiene relaciones sexuales y no es responsable de sus actos. Y como existe una realidad que no quieren asumir y que va creciendo y siendo más evidente cada día que pasa, y lo saben porque saben razonar, buscan cualquier forma de ocultar y auto-justificarse para poder asesinar a un inocente. Y aún más lejos de cualquier autocrítica buscan la complicidad del resto de la humanidad para liberar sus atormentadas conciencias… si es que las tienen. No hay más.