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El Desembarco de Alhucemas, llevado a cabo entre el 8 y el 9 de septiembre de 1925, fue una de las operaciones militares más audaces y decisivas en la historia de España. En el marco de la Guerra del Rif (1911-1927), este desembarco no solo marcó un punto de inflexión en la contienda, sino que también demostró el valor, la determinación y el ingenio del Ejército Español. Fue una gesta que, en medio de las adversidades, reafirmó el espíritu de lucha y la capacidad de superación de España en su misión civilizadora en el norte de África.
Este artículo busca honrar la memoria de aquellos hombres que, bajo bandera española, llevaron a cabo una operación sin precedentes, combinando fuerzas navales, aéreas y terrestres en una acción coordinada que sentó las bases de la guerra moderna. A través de un análisis detallado, se resaltará el patriotismo, el sacrificio y el triunfo de las armas españolas en una de las páginas más gloriosas de nuestra historia militar.
Índice de contenido
- Contexto histórico: España en el Rif
- Preparativos del Desembarco: Un ejemplo de ingenio y determinación
- El desarrollo de la operación: Una gestión de heroísmo
- Consecuencias del Desembarco: Un legado de gloria
- Reflexiones finales: Honor y gloria para España
Contexto histórico: España en el Rif
La presencia de España en el norte de África no fue un capricho imperialista, sino una misión histórica y civilizadora. Tras el Tratado de Fez de 1912, España asumió el protectorado de la zona norte de Marruecos, una región inhóspita y dominada por tribus bereberes que se resistían a la modernidad y al orden. Sin embargo, la labor de España en el Rif no se limitó a la administración colonial, sino que buscó llevar progreso, educación y estabilidad a una tierra sumida en el caos.
La rebelión de Abd el-Krim, un líder tribal que proclamó la República del Rif en 1921, representó un desafío directo a la autoridad española. La derrota en Annual, aunque dolorosa, no quebró el espíritu de España. Al contrario, fue el catalizador que impulsó una respuesta contundente y organizada. El Desembarco de Alhucemas fue la culminación de ese esfuerzo, una operación que demostró al mundo la capacidad de España para levantarse de las cenizas y reafirmar su honor.
Preparativos del Desembarco: Un ejemplo de ingenio y determinación
El Desembarco de Alhucemas fue una operación meticulosamente planificada, fruto del ingenio y la determinación del general Miguel Primo de Rivera, quien, tras asumir el poder en 1923, reorganizó el Ejército y restauró la moral de las tropas. Con el apoyo de Francia, que reconocía la importancia estratégica de la misión española, se diseñó una operación que combinaba fuerzas navales, aéreas y terrestres en una acción coordinada sin precedentes.
El objetivo estratégico del Desembarco de Alhucemas no se limitó únicamente a establecer una cabeza de playa en la bahía de Alhucemas, sino que abarcó una serie de metas interconectadas que buscaban restaurar el honor de España, asegurar el protectorado marroquí y demostrar al mundo la capacidad militar y organizativa de la nación española. Estos objetivos se pueden desglosar en los siguientes puntos:
Restaurar el honor militar de España: Tras el desastre de Annual en 1921, donde las tropas españolas sufrieron una de las derrotas más humillantes de su historia, el Desembarco de Alhucemas representó una oportunidad para lavar la afrenta y demostrar que España era capaz de reorganizarse y responder con contundencia. La operación no solo buscaba una victoria militar, sino también una redención moral que devolviera la confianza al Ejército y al pueblo español.
Desarticular la resistencia rifeña: La bahía de Alhucemas era el corazón del territorio controlado por Abd el-Krim y su República del Rif. Establecer una cabeza de playa en este enclave estratégico permitiría a las fuerzas españolas avanzar hacia el interior y desmantelar las bases de operaciones enemigas, incluyendo Axdir, el cuartel general de Abd el-Krim. Este avance no solo debilitaría la capacidad logística y militar de los rifeños, sino que también tendría un impacto psicológico devastador en su moral.
Consolidar el Protectorado Español en Marruecos: El desembarco buscaba reafirmar la autoridad española en el norte de Marruecos, asegurando el control sobre una región clave para la estabilidad del protectorado. Esto no solo tenía implicaciones militares, sino también políticas y económicas, ya que garantizaba el acceso a recursos naturales y rutas comerciales estratégicas.
Demostrar la capacidad de España como potencia militar: En un contexto internacional donde las potencias europeas competían por influencia y territorios, el Desembarco de Alhucemas fue una oportunidad para que España demostrara su capacidad de llevar a cabo operaciones militares complejas y coordinadas. La operación combinó fuerzas navales, aéreas y terrestres en una acción conjunta que sentó las bases de la guerra moderna, posicionando a España como una nación capaz de innovar y liderar en el ámbito militar.
Fortalecer la alianza con Francia: Aunque la participación francesa fue secundaria, la colaboración en el Desembarco de Alhucemas reforzó los lazos entre España y Francia, dos potencias con intereses comunes en el norte de África. Esta alianza no solo facilitó la operación, sino que también sentó un precedente para futuras colaboraciones militares y diplomáticas.
Garantizar la seguridad de las poblaciones civiles: La rebelión de Abd el-Krim no solo representaba una amenaza militar, sino también un riesgo para la población civil, tanto española como marroquí. El desembarco buscaba restaurar el orden y garantizar la seguridad de las comunidades locales, protegiéndolas de los enfrentamientos y las represalias.
Preparar el terreno para la pacificación definitiva: Más allá de la victoria militar inmediata, el Desembarco de Alhucemas sentó las bases para la pacificación definitiva del Rif. Al desarticular las estructuras de mando y control de Abd el-Krim, la operación facilitó la posterior estabilización de la región y la implementación de políticas de desarrollo y modernización.
Las fuerzas involucradas fueron por parte de España fue un contingente de 13,000 valientes soldados, incluyendo a los heroicos regimientos de Regulares y la Legión, España demostró su capacidad para movilizar y dirigir una fuerza de combate moderna. La flota, compuesta por 22 buques de guerra, y los 10 aviones que participaron en la operación, fueron testimonio del progreso tecnológico y logístico del Ejército Español.
Francia, aunque su participación fue secundaria, el apoyo francés permitió a España concentrar sus esfuerzos en la operación principal, demostrando la importancia de la colaboración internacional en la misión civilizadora.
El desembarco fue un hito en la historia militar, no solo por su escala, sino por la innovación que representó. Las lanchas de desembarco, diseñadas específicamente para la operación, permitieron el transporte eficiente de tropas y equipo. Los aviones, aunque rudimentarios, jugaron un papel crucial en el reconocimiento y el bombardeo de posiciones enemigas. Fue una demostración de que España, lejos de ser una potencia en declive, era capaz de liderar operaciones militares de vanguardia.

El desarrollo de la operación: Una gestión de heroísmo
Fase 1: El desembarco inicial: El 8 de septiembre de 1925, las fuerzas españolas iniciaron el desembarco en las playas de Ixdain y la Cebadilla. Bajo el fuego enemigo, los soldados españoles avanzaron con valentía, demostrando un coraje que quedará grabado en la memoria de nuestra Patria. La artillería naval y los bombardeos aéreos abrieron el camino, pero fue el arrojo de los infantes españoles el que aseguró la cabeza de playa.
Fase 2: Consolidación de la cabeza de playa: Una vez en tierra, las tropas españolas enfrentaron una resistencia feroz. Los rifeños, conocedores del terreno, lucharon con tenacidad, pero no pudieron detener el avance de las fuerzas españolas. La disciplina, el entrenamiento y el espíritu de sacrificio de nuestros soldados permitieron consolidar la posición y preparar el avance hacia el interior.
Fase 3: Avance hacia el interior: En los días siguientes, las tropas españolas avanzaron hacia Axdir, el cuartel general de Abd el-Krim. La caída de Axdir en octubre de 1925 fue un golpe decisivo para la resistencia rifeña. Abd el-Krim, derrotado y humillado, huyó hacia el sur, donde finalmente fue capturado por las fuerzas francesas en 1926. La victoria en Alhucemas fue un triunfo no solo militar, sino también moral, que restableció el honor de España y demostró al mundo la capacidad de nuestro Ejército.

Consecuencias del Desembarco: Un legado de gloria
El Desembarco de Alhucemas fue un éxito rotundo que cambió el curso de la Guerra del Rif. Las principales consecuencias fueron: La derrota de Abd el-Krim. La caída de Axdir y la captura de Abd el-Krim pusieron fin a la rebelión rifeña y reafirmaron la autoridad española en el protectorado.
La reafirmación del Protectorado Español. España consolidó su presencia en el norte de África, llevando progreso y estabilidad a una región que lo necesitaba.
Estableció la cooperación Hispano-Francesa. La operación demostró la importancia de la colaboración internacional, aunque fue España quien llevó el peso de la lucha.
Supuso grandes innovaciones militares: El desembarco sentó las bases de las operaciones anfibias modernas, siendo un precedente para acciones como el Desembarco de Normandía en la Segunda Guerra Mundial.
Reflexiones finales: Honor y gloria para España
El Desembarco de Alhucemas fue una gesta heroica que demostró al mundo el valor y la capacidad del Ejército Español. Fue una operación que combinó ingenio, disciplina y sacrificio, y que reafirmó el papel de España como una nación capaz de superar las adversidades y cumplir con su misión histórica.
Hoy, más que nunca, es necesario recordar y honrar a aquellos hombres que, bajo bandera española, lucharon y dieron su vida por la Patria. Su sacrificio no fue en vano, pues sentó las bases de una España fuerte y unida, capaz de enfrentar los desafíos del futuro con la misma determinación y orgullo que demostró en Alhucemas.
¡Gloria a los héroes de Alhucemas! ¡Gloria a España!
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![]() Albert Mesa Rey es de formación Diplomado en Enfermería y Diplomado Executive por C1b3rwall Academy en 2022 y en 2023. Soldado Enfermero de 1ª (rvh) del Grupo de Regulares de Ceuta Nº 54, Colaborador de la Red Nacional de Radio de Emergencia (REMER) y Clinical Research Associate (jubilado). Escritor y divulgador. |
2 comentarios en «1925-2025: Centenario del Desembarco de Alhucemas, la gesta que escribió una página de gloria en la historia militar española | Albert Mesa Rey»
Señor Mesa Rey, Gracias por su publicación y enseñanzas; tan necesaria ahora, en momentos en los que, es especialmente importante hacer referencia a esos principios y valores que, han hecho de España la gran nación que es y que ha sido para la historia y el desarrollo de este planeta, llamado Tierra.
¡Muchas gracias por sus amables palabras, por tomarse el tiempo de leer mi publicación y compartir su reflexión!
Me alegra profundamente saber que el mensaje le ha resultado significativo y oportuno. Efectivamente, reflexionar sobre los principios y valores que cimientan nuestro proyecto común es más necesario que nunca. Es un recordatorio de que la grandeza de una nación se construye día a día con el esfuerzo, la ética y la unidad de su gente.
Sus palabras sobre la contribución de España a la historia son un valioso reconocimiento. Le agradezco de nuevo su comentario, que sin duda enriquece el diálogo y refuerza el optimismo.
Atentamente,
Albert Mesa Rey