El 5 de abril se vota en el Senado, ya con el beneplácito previo del Congreso de los Diputados, la reforma del Código Penal para salvaguardar el derecho humano al aborto. Es decir, que entre que se sube al B.O.E. y se dan unos meses de entrada en vigor, para verano será delito rezar frente a un abortorio.
Y la verdad es que sí que llevan la falda corta estos cristianos de ultraderecha. Ir por la vía pública rezando, como quienes llevan un cartel en la frente que diga: “vía libre de insultos” o “deténme”. Porque ir así por la calle es provocar. Porque para rezar tienen el templo. ¿Qué más quieren?
Si al leer estas primera líneas has pensado que este artículo hiere tus sentimientos religiosos, no te preocupes, también los míos. Tan solo ha sido un intento de caricaturizar a la sociedad actual y su argumentario de Twitter.
Pero es que esto ya no va del feminismo, de Irene Montero ni del lobby abortista. Esto es una guerra entre el bien y el mal. Mucho más transcendental de lo que podemos imaginar con toda nuestra humanidad. Y, aunque lleves tiempo mirando hacia abajo para que el profesor no te pregunte a ti, ya no puedes escapar de la realidad. Te toca defender el Reino de Cristo o seguir contribuyendo al de Satanás.
¿Conoces la meditación de las Dos Banderas de San Ignacio de Loyola? Si no es así, haz una búsqueda. Aplicado a este dilema moral, podría decirse que hay dos banderas, la que lleva por emblema “Si por rezar nos detienen, nos vemos en la cárcel” y la otra que dice “Sacad vuestros Rosarios de nuestros ovarios”. No hay una tercera neutral ni otra posición de espectador. Perteneces a una o a la otra. Porque “El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama” (Mateo 12:30).
¿Conoces la meditación de las Dos Banderas de San Ignacio de Loyola? Si no es así, haz una búsqueda. Aplicado a este dilema moral, podría decirse que hay dos banderas, la que lleva por emblema “Si por rezar nos detienen, nos vemos en la cárcel” y la otra que dice “Sacad vuestros Rosarios de nuestros ovarios”. No hay una tercera neutral ni otra posición de espectador. Perteneces a una o a la otra. Porque “El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama” (Mateo 12:30).
Y citando a Melendi, “el diablo sabe mucho más por viejo que por ser el rey de todos nuestros males”. Por eso, hazte violencia a ti mismo, rompe tus planes, ¡que duela! que si duele es buena señal, como decía la Madre Teresa de Calcuta. Gánale la batalla al diablo, no te pongas excusas de si llueve o si tengo mucho que estudiar. Cuando la libertad y la vida están en juego, no podemos atender a valores inferiores. Unámonos y hagamos historia. Es nuestra obligación la conservación de la fe a la siguiente generación.
Nos vemos el próximo sábado 2 de abril a las 11h30 en la plaza de Cuzco, en Madrid, para ir en procesión hasta el abortorio Dator y allí rezar el Rosario.
Si eres del norte, nos vemos ese mismo día a las 19h30 en Koldo Mitxelena, en San Sebastián, para ir en procesión hasta el abortorio Askabide y allí rezar el Rosario.
María Sánchez Galindo | Abogado