El presidente evidencia su ausencia de talante negociador
Vendió su voluntad de diálogo y negociación. Pero iba de farol; era ‘fake’ que dirían los cursis. Su voluntad negociadora era cero. La oferta del PP era vaporosa. Bastaba con un mero compromiso de rebajar impuestos y ajustar gasto. Un compromiso verbal. O sea, la nada. Pero ni siquiera Sánchez quiso aceptar el acuerdo. El documento de 41 páginas de los ‘populares’ fue al archivo circular sin siquiera ser leído.
Porque no se trataba de política para el ciudadano o para el Bien Común. Se trata de cordón sanitario profundamente antidemocrático. Feijóo parece haberse dado cuenta. Ya les ha dicho a los suyos que el cordón que pretende Sánchez no es contra Vox sino contra ellos. O sea, que es la guerra, que con el sanchismo no son posibles los acuerdos. Voilá.
Da la sensación -sin embargo- que Feijóo no termina de aceptar la realidad y nada de cierres preventivos: mantiene los puentes para negociar la renovación del CGPJ. No termina de quedar como el pagafantas de la fiesta. Que no escarmienta. Quizás se trate de un simple postureo: por mi que no quede, que sea evidente que lo he intentado y que el que prefiere a los proetarras es él. Puede que esté bajando cuando parece subir. Quien sabe.
Lo que ya sabemos es que los populares esperaban una llamada de Bolaños para negociar y ajustar su papel ya de por sí vaporoso. Y sabemos que esa llamada no se produjo porque Bolaños prefirió llamar a Bildu. Y también sabemos que Bildu ofreció flotador al gobierno a cambio de negar el pan y la sal al PP. Precio pagado.
Ya llegó el cordón sanitario a los populares. El totalitarismo izquierdista ya afloró. Reparten carnets de demócrata porque en el fondo no toleran la diferencia. No aceptan el juego democrático. Nunca permitirán un gobierno diferente a sus criterios. Por eso censuran al disidente. Por eso ningunean a la oposición. Y por eso exigen peajes de cordón antidemocrático que el PSOE abona sin demasiado escrúpulo.
Que se lo explique a sus votantes. La propaganda socialista afirma que tuvieron que echar mano de los proetarras porque curiosamente tuvieron más sentido de Estado que el PP porque lo que estaba en juego eran los 20 céntimos de la gasolina y las ayudas para combatir los efectos de la guerra en Ucrania. La realidad es que prefirió el flotador de Bildu antes que la rebaja de impuestos que le pedía el PP y a la que Sánchez se había comprometido en la conferencia de presidentes de la Palma. Palabra desprestigiada es garantía de imposibilidad o seria dificultad de alcanzar acuerdos.
El problema no es de Pedro Sánchez, sino de España. ¿Quién se va a fiar de quien mete a anarquistas antisistema, proetarras y delincuentes contra la nación en una comisión en la que se comparten los secretos no sólo del Estado sino de la misma OTAN? Apagón informativo.
El gobierno espera que sus socios independentistas valoren el gesto de Batet. ¿No se han enterado todavía de que los adolescentes nunca valoran nada y siempre se creen que tienen derecho a todo?
Luis Losada Pescador | Periodista