La invasión -no hay declaración de guerra- de Rusia a Ucrania está haciendo tambalear, si no lo ha hecho ya, lo que podremos comprobar en las próximas elecciones francesas, el Nuevo Orden Mundial (NOM) del Foro de Davos defendido por el World Economic Foro, lo mismo que en Iberoamérica ya surgen problemas para la implantación que está realizando el Grupo de Puebla. Son muchas las voces de intelectuales, personalidades, periodistas, científicos, premios Nobel, ciudadanos en muchos países… que se están dando cuenta de que lo que quieren darnos, por mucho que lo adornen, no es otra cosa que la destrucción y olvido de toda nuestra cultura asiria, griega, romana, judía, cristiana, para poder someter a la población mundial. A modo de ejemplo, se ha constatado que hay más muertes de cristianos en todo el mundo que en milenios pasados. Son realidades porque los oligarcas globalistas piensan que son los que en bloque más oposición hacen a sus deseos.
Los católicos son los más perseguidos, quizás por tener una cabeza visible, el papa, que es escuchado en la mayor parte del mundo. Hemos visto asesinatos, incluso grabados y publicados en redes sociales, quema de iglesias en Chile, España, Francia, solo por citar algunas que nunca pensamos que se produciría. No cito la catedral de Notre Dame (París) porque la investigación realizada concluyó que fue un cortocircuito. Sé, por lo que leo en los periódicos, veo en TV, oigo en la radio, y veo en las redes sociales, que son perseguidas y en muchas ocasiones odiadas todas las iglesias cristianas. Las que proclaman el mensaje de Jesús de Nazaret que, tras dos milenios, y siendo la base de la Declaración de los Derechos Humanos entre otras, no ha sido superado por nada. Lo hemos visto en la pandemia, cómo Cáritas, monjas, iglesias cristianas de todo signo se volcaron en la ayuda a los enfermos, sus familias y los más necesitados; cierto que también lo hicieron Cruz Roja, algunas ONG y personas particulares. ¿Por qué esa persecución?, en mi modesta opinión, por ir contra el NOM que nos quieren implantar. Afortunadamente, como dije al principio, muchos se están dando cuenta, y seguro que tras la invasión de Ucrania volveremos con paso decido a la realidad que la inmensa mayoría queremos.
Jacinto Seara | Escritor
