La Santa Sede declaró que se enteró con “sorpresa y pesar” que se había instalado a una autoridad católica en una diócesis no reconocida por el Papa
El escollo tiene que ver con el nombramiento por parte de las autoridades chinas de monseñor Giovanni Peng Weizhao como obispo de Yujiang, en la provincia de Jiangxi, una diócesis “no reconocida por la Santa Sede”, según se lee en un comunicado.
Además, el Vaticano explicó que el nombramiento de monseñor Peng surgió de “largas y pesadas presiones por parte de las autoridades locales”.
“La Santa Sede espera que no se repitan episodios similares, queda a la espera de oportunas comunicaciones por parte de las autoridades y reafirma su plena disponibilidad a proseguir un diálogo respetuoso y concerniente a todas las cuestiones de común interés”, terminó el comunicado vaticano.
El acuerdo fue estipulado por primera vez el 22 de septiembre del 2018, renovado dos veces, la última el pasado octubre, y supone un paso adelante en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países, cortadas en 1951 tras el ascenso del comunista Mao Zedong.
Por entonces China creó su propia Iglesia Patriótica Católica, en 1949, cuando Mao estableció en Pekín la República Popular China, y los católicos quedaron en la “clandestinidad”, algo que este acuerdo ha eliminado, aunque aún se viven muchos problemas (se estima que actualmente hay unos 12 millones de católicos en el gigante asiático).
Las desavenencias comenzaron en 1951 tras la excomunión por parte de Pío XII de dos obispos nombrados por Pekín, a lo que las autoridades chinas respondieron con la expulsión del nuncio (embajador) apostólico, que se asentó en la isla de Taiwán.
Con este acuerdo, que sigue siendo provisional y confidencial, el nombramiento papal de un obispo debe ser comunicado a la parte china para su aprobación, según ha explicado el propio Francisco.
(Con información de Infobae)