Miedo, demasiado miedo | José Antonio Ruiz de la Hermosa

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Comienza vacunación a niños del reparto Antonio Maceo en La Habana. foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.

Existen personas que desconocen lo que es la ética y la moral. Estas personas se agrupan gracias a la situación actual a los mandos de una nave abandonada. Y desde ese timón que nadie sujeta con firmeza nos están llevando a una situación triste y de consecuencias inimaginables.

Anoche compartí mi tiempo con otras personas, en una de esas cenas navideñas que tan habituales se habían vuelto en nuestro entorno, pero la situación anoche no era como la de hace tres o cuatro años. En las últimas ocasiones antes de la situación actual de “Pandemia Oficial” nos reunimos más de cien personas, anoche éramos 23, aunque previamente se habían apuntado a dicha cena 43, que a lo largo de la semana se habían ido excusando y eliminando de la lista de asistentes por, según me confesó el organizador, la trasmisión del Covid19.

Hace ya más de un año y medio que nos encontramos con esta posición, en la que los medios de comunicación estatales y locales que son financiados o subvencionados por el Estado o estamentos oficiales inferiores, centran sus informaciones en la “Pandemia” y en su evolución y sobre todo en su tratamiento con una vacuna que no coincide con ninguno de las hasta ahora definiciones de lo que es una vacuna, es decir y cada vez más reconocido por los sanitarios, se trata de un medicamento transgénico que alterando la información de las células actúa sobre el organismo en relación a la inmunidad de las personas.

Esto último en ningún momento es informado o filtrado por esos medios de comunicación, que, únicamente, emiten información oficial o extraoficial de fuentes oficiales. Lo hacen ocupando un tercio del tiempo de los informativos y lo hacen ocupando un cincuenta por ciento de los programas magazine, de entrevistas y similares. Nadie diría que se pretende informar, sino más bien aleccionar a la población de un horrible mal que va a acabar con ellos y con el mundo en general. Si ustedes ven esos programas y esos informativos, están basados únicamente en inspirar miedo.

Y la verdad, primero creo que están obteniendo el resultado apetecido. La noche de ayer me lo concreto. Los posibles asistentes, todos de clase media, profesionales de prestigio en algún caso, casi todos con estudios universitarios y gente del mundo, no asistieron por miedo, según ellos mismos reconocieron al no inscribirse o al darse de baja del evento. Miedo, en algún caso pánico a contraer la enfermedad del Covid19 en cualquiera de sus variantes, incluida la última, que las mismas fuentes oficiales dicen que es de momento la menos lesiva.

Esto solo indica una cosa. Que una campaña bien dirigida obtiene siempre un éxito asombroso, porque la realidad se la voy a explicar ahora mismo, con datos concretos y no con publicidad televisiva.

En 1917, surgió según una fuente de la propia OMS (Organización Mundial de la Salud) y curiosamente en China, aunque luego se dijo que en Estados Unidos, aunque en un primer momento y al ser el único país que reconoció su existencia la mal llamada “Gripe Española”. El motivo de que se ocultase su existencia inicialmente fue la Primera Guerra Mundial en su fase final, lo que sirvió para que el único país que admitió su existencia se llevase el premio del nombre.

La Gripe Española duró desde ese 1917 se repartió por todo el Mundo y dio como resultado unas cifras verdaderamente “pandémicas”. Según fuentes oficiales la población mundial estaba cercana a los 1.800 millones, de los que se calcula que tuvieron la enfermedad en algún grado unos 600 millones. El número de muertos, no es muy fiable, por los problemas de valoración estadística y comunicación existente en esa época, pero los más optimistas lo cifran en 50 millones, mientras los más pesimistas lo cifran en 200 millones de fallecidos.

Bien, como de todo técnico en la materia es sabido que los virus mutan y que las propias mutaciones tienden a hacer desaparecer por pérdida de efectividad al original. La Gripe Española desapareció siguiendo esos cánones, entre los tres y cuatro años siguientes a su aparición, como era previsible por los conocimientos que ahora mismo tenemos sobre los virus.

Espero que se hayan quedado con las cifras. Porque en el año 2009, se anunció una gripe de origen aviar que se denominó “Gripe A” y, que obligó a fabricar casi tantas dosis de una presumible vacuna como personas en el Mundo Occidental. El buen parecer técnico hizo que los profesionales sanitarios del año 2009 optasen por su no inoculación. El resultado es que los infectados fueron menos de la mitad que en cualquier año normal y respecto a la gripe estacional habitual. Según la OMS murieron a causa de esta Gripe A, una cantidad de poco más de 19.000 personas (recuerden posiblemente entre 50 y 200 millones murieron con la Gripe Española). A mitad del invierno a nadie le preocupaba y desapareció como vino, de la nada.

En la actualidad y tras invertir casi la mitad de su poder mediático, en darnos a conocer el peligro. Y sobre una población de 7.800 millones de personas, las cifras oficiales de muertos están sobre los 5 millones por la Covid19, muy discutibles según los propios sanitarios. Eso si, disponemos de un medicamento, solo autorizado como prueba, que ningún médico prescribe, pero que recomiendan, un medicamento al que ningún gobierno respalda por escrito, pero trata de obligar a que sus ciudadanos se inyecten y, un medicamento que en sus propio prospecto la farmacéutica fabricante se auto exime de posibles responsabilidades.

Este medicamento ha obligado a la OMS a variar la definición de vacuna para ajustarse a este medicamento. Es sumamente curioso, pues una vacuna inmuniza a las personas de recibir posibles contagios, este no. Una vacuna protege a los no vacunados de contagios recibidos de los vacunados, este no. Finalmente una vacuna impide que pasemos la enfermedad con una fiabilidad de más del 95,5 %, esto no. Curioso.

Sin embargo, la televisión constantemente nos recuerda que nos debemos vacunar, aunque eso no evite que contagiemos o nos contagien, que para eso sirven las vacunas. En este caso dice la propaganda que evitará que enfermemos gravemente o muramos, lo cual estadísticas en mano, tampoco es verdad. Eso sí los medios han logrado que anoche en lugar de cien personas solo estuviésemos 23, curiosamente la mayoría de los asistentes no estaban vacunados, mientras que los que no asistieron si estaban en su conjunto vacunados, pero tenían miedo a un posible contagio de esos no vacunados. ¿Ustedes lo entienden?

Un último apunte, no sé si recuerdan una obra de Giovanni Boccaccio, el Decamerón, interesante libro que nos describe una Pandemia de Peste al final de la edad media y principio del renacimiento. De ella deducimos rápidamente: que se confinaba a los enfermos, Con el Covid19, y en contra de lo que se ha hecho históricamente, “SE CONFINA A LOS SANOS”. ¿Lo entienden?, porque yo NO.

Además, desconocemos los efectos secundarios de un producto que no está estudiado, testado, y demás, pero que nos quieren obligar a inyectarnos. Mi pregunta es: ¿Por que?. Simplemente ¿Por qué?. Y ahí lo dejo…

José Antonio Ruiz de la Hermosa | Escritor

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