Unas de las características que tienen en común las dictaduras y los regímenes autoritarios, es la intención de que el ciudadano esté al servicio constante del Estado. Según sea la capacidad del tirano de turno, esta intención se desarrollará de forma más o menos extravagante y lacerante para el súbdito. En España hemos tenido la mala fortuna de tener como presidente del Gobierno a un señor que, tras haber despreciado a todos los socios occidentales que nuestro país ha tenido desde la Transición, apostó por la amistad del Grupo de Puebla que en Iberoamérica encabezan los países neomarxistas, viejocomunistas, indigenistas y demás lindezas que redundan por aquellos lares; siempre apoyados por los narcoestados más infames que la humanidad ha visto en el siglo XXI.
Teniendo en cuenta lo dicho, no es de extrañar que al señor Sánchez se le note cada día más el ansia de dominación y de controlar absolutamente todo, tal y como en su día hizo Hugo Chávez en Venezuela, Fidel Castro en Cuba, Evo Morales en Bolivia y hoy en día, Nicolás Maduro en Venezuela de nuevo. Puede que por ser europeo, le vaya más el carácter revolucionario que nuestro continente vivió en el siglo XX, desde la Revolución Rusa de 1917 hasta la guerra de los Balcanes en la última década del siglo pasado. Por este motivo, me dispongo a seleccionar alguna de las cualidades que nuestro presidente está desarrollando durante los últimos años, con el fin de poder llegar a una conclusión, poco alentadora, pero sí esclarecedora de lo que España está sufriendo en la actualidad.
La primera estrategia que el señor Sánchez y todo su equipo tienen clara es la simplificación al enemigo único. En este caso está bien claro que el abuso del término “ultraderecha” para referirse a VOX es una constante en el equipo de gobierno, que además lo utiliza con la intención de conectar a VOX con el PP y asustar al ciudadano, poniendo en evidencia los pactos municipales que tienen ambos partidos en muchos ayuntamientos y en alguna Comunidad Autónoma. Como complemento a la primera estratagema se une el principio del método de contagio, de tal forma que sus adversarios políticos, a los que ellos toman como enemigos a batir, forman una única categoría demagógica que genera un todo. Es decir, tanto VOX como PP son fuerzas de ultraderecha, son parte de la “fachosfera” que sólo es digna de ser controlada.
Una cosa que se le da muy bien a la izquierda española en general es la de hacer ver que sus errores son provocados por la oposición, nunca por ellos mismos. La intención es distraer y embrollar todo para generar desconcierto; o como lo denominó el desalmado que lo inventó: Principio de transposición. Los casos de Koldo, Ábalos, Begoña, el hermano del Presidente, Illa, los prostíbulos de herencia familiar, etcétera, se camuflan con filtraciones como la del novio de Isabel Díaz Ayuso, filtración que, al no tener relevancia suficiente, ha sido sustituida por el amor a Gaza y casi que diría que a los terroristas de Hamás. En definitiva: “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”; frase de un célebre y distinguido malvado del que rebelaré la identidad al acabar el relato.
Lo visto hasta ahora, no es suficiente para que el pobre vecino o lugareño se convenza de las virtudes de nuestros representantes, por eso continúan con el desprestigio del adversario, ahora con otro método el de la exageración y desfiguración, es decir, convertir cualquier anécdota insignificante en un caso grave. El ejemplo más claro es el aludido en el párrafo anterior, el del caso del novio de Ayuso, que por mucho que hubiese hecho, no es ni un granito de arena al lado de lo que están protagonizando toda esta patulea de golfos y sinvergüenzas, que ya ni por decoro se callan para pasar desapercibidos.
Debemos tener en cuenta que, por desgracia, el pueblo español de hoy, es muy manejable debido al bajo nivel de cultura y educación que tiene el ciudadano medio, fruto de las leyes educativas de las últimas legislaturas. Tal es así, que el gobierno lo sabe, porque serán ladrones, maleantes y bandidos, pero no tontos, y, por lo tanto, conocen a la perfección que la información que se extiende al ciudadano ha de estar adecuada a un nivel inteligente lo más bajo posible, porque siendo así, la masa es más fácil de convencer; lo que se vino a conocer como principio de vulgarización. Casos como el de la Amnistía que en cualquier país medianamente formado habría chirriado hasta el descarrilamiento, en España ha calado por ser un bien para todos y porque tenemos que olvidar. Y qué decir de las personas que seguirían votando a Sánchez después de haberle cogido en decenas de mentiras y cambios de opinión constantes sobre todo tipo de temas. Sus cambios de opinión son cambios de perspectiva que presenta sin fisuras y sin duda, de esta manera convence a su clientela incondicional – principio de orquestación-.
Sánchez sabe muy bien que una forma de lobotomizar al televidente que desde casa necesita con avidez horas de televisión, es colonizando de forma subversiva los medios públicos y, para este fin le sirve RTVE, además de otros organismos públicos como el CIS, el cual se ha convertido en una parodia de sí mismo, al analizar resultados de encuestas totalmente falseadas y sesgadas que ofrecen un mínimo de credibilidad. Por este motivo, critica de forma feroz a los medios que le hacen frente, a los que se refiere como “pseudomedios”, porque su fin es el de fomentar la información parcial y la manipulación – principio de verosimilitud-. Éste último principio va muy ligado al omitir críticas que sean perjudiciales para el régimen, contando medias verdades, no contando o directamente mintiendo -principio de silenciación-.
Con la misma intención que todo lo dicho hasta ahora, que en esencia es confundir y distraer para evadir responsabilidades, se reavivan odios ancestrales. En esto, el anterior presidente del gobierno, señor Zapatero es un experto. Levantó las heridas de las dos Españas, superadas durante la Transición, y el ambiente de enfrentamiento y guerracivilismo está siendo fomentado por la infecta Ley de Memoria Democrática – principio de transfusión-.
Hagamos una breve enumeración de los principios que han aparecido:
1.- Principio de simplificación y enemigo único.
2.- Principio del método de contagio.
3.- Principio de transposición.
4.- Principio de exageración y desfiguración.
5.- Principio de vulgarización.
6.- Principio de orquestación.
7.- Principio de verosimilitud.
8.- Principio de silenciación.
9.- Principio de transfusión.
Señor Presidente, le he pillado, yo creía que usted venía del socialismo científico de Karl Marx, aunque dudo que entienda algo de lo que Marx proponía en El Capital. O incluso, que se basaba en los socialismos utópicos de Owen, Fourier y Saint-Simon. Pero al analizar los nueve principios anteriores, tengo serias dudas sobre cuál es su ideología o formación. ¡Ojo!, he dicho serias dudas, no me malinterprete, porque el personaje que los postuló fue Joseph Goebells, Ministro para la Instrucción Pública y de Propaganda del Tercer Reich. No sé, me quedo un tanto desconcertado. Señor Sánchez piense sobre ello, porque hay ciertas comparaciones que se han de evitar siempre. Le deseo lo mejor.
José Carlos Sacristán | Colaborador de Enraizados
1 comentario en «¿Cuál es su ideología señor Sánchez? | José Carlos Sacristán»
la única ideología o motivación de Satánchez es el odio a España y la pretensión de su destrucción