La huelga de transporte amenaza al suministro en un Black Friday decisivo

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A las puertas del periodo con más ventas del año para el sector del gran consumo, las empresas temen que la huelga convocada a partir del domingo impacte en el suministro tanto a fábricas y tiendas como a clientes

La huelga de transporte, convocada a partir de este domingo, hace peligrar el suministro previsto para el Black Friday, una de las fechas más destacadas en ventas junto con la Navidad. Esta festividad, que se celebra oficialmente el viernes 25 de noviembre, supone uno de los puntos marcados en rojo para las compañías de gran consumo, que comienzan a trabajar en esta fecha desde antes de mitad de año. No obstante, esta planificación puede saltar por los aires si el paro de transporte coge fuerza.

Como ya ocurrió el pasado mes de marzo, tanto fabricantes como distribuidores temen que un paro de este tipo ponga en peligro tanto el suministro de las fábricas como el abastecimiento de las tiendas, desde grandes almacenes hasta supermercados. Junto a esto, las compañías se juegan que los pedidos de los clientes lleguen en tiempo y forma a sus hogares, siendo destacados los pedidos online.

En el paro de marzo, y cuando solo llevaban cinco días de huelga -que acabaron alargándose hasta la veintena-, la estimación del coste económico se alzaba según las patronales hasta los 600 millones de euros en toda la cadena, que engloba supermercados, granjas, puertos o fábricas de alimentación y bebidas. De esta cifra, una parte relevante vino derivada de la búsqueda de rutas y empresas alternativas de transporte, lo que en este mes de noviembre, con el Black Friday en el calendario, cobra si cabe más importancia. Según la patronal de la logística UNO, las empresas tienen previsto gestionar más de 100 millones de envíos en noviembre, a una media de 3,5 millones diarios, con picos de hasta 4,7 millones los días inmediatamente posteriores al Black Friday, la semana siguiente al Ciber Monday (tres días después) y la semana previa a la Navidad.

Convocada la huelga este lunes, las compañías más afectadas por el último paro solicitaban al Gobierno la adopción de medidas «que garanticen el buen funcionamiento de la cadena alimentaria y el abastecimiento de alimentos y bebidas al conjunto de la población en cualquier situación, por muy excepcional que esta sea», apuntaban en un comunicado. En marzo, además del impacto visible en los lineales de los supermercados, fábricas como Calvo, Cuétara o Dcoop (antigua Hojiblanca) pararon su producción por falta de suministro.

El anuncio del paro, convocado también por la Plataforma Nacional en Defensa del Sector del Transporte, ha sido rechazado de lleno por las empresas de logística. A juicio del presidente de la patronal, Francisco Aranda, “es irresponsable convocar una movilización de estas características, pues pone en peligro la cadena de suministro en un momento estratégico del año para miles de empresas que se juegan ahora su cuenta de resultados”. Desde la cadena alimentaria, la crítica va en la misma línea: «Toda la cadena alimentaria ya está gravemente tensionada por el complejo escenario internacional», recogía el comunicado, que destacaba «los daños que este nuevo paro puede ocasionar especialmente a miles de pymes que ya atraviesan un momento delicadísimo, fruto de la actual coyuntura».

El transporte mira al Gobierno
Ocho meses después de la última huelga, que concluyó tras un acuerdo del Gobierno con las organizaciones mayoritarias de transportistas -incluidas en el Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC)-, la plataforma convocante del nuevo paro sigue denunciando el «incumplimiento» por parte de los cargadores (los clientes de los transportistas) de la ley que prohíbe trabajar a pérdidas en el sector, y acusa al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana de desautorizar a la Guardia Civil a controlar y denunciar este incumplimiento.

(Con información de VozPopuli)

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