¡Hace dos años que te fuiste! | Jacinto Seara

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin

No puedo creer que hace dos años atravesaste las tinieblas para encontrarte con la luz eterna. Cierto, hace dos años que lo que tanto hablamos de quién sería el primero en irse se resolvió. Siempre quisimos que fuésemos los dos juntos, no ha sido así y tú fuiste la primera. Se cumple lo que tantas veces a lo largo de nuestro matrimonio, fue una realidad que nos quisimos desde el primer momento y nos seguimos queriendo aún con más fuerza, cómo lo sentíamos cuando hablamos, y sé, y tú mejor que yo, que nos querremos toda la eternidad, tanto ahora que nos separa el muro de la muerte como cuando pueda reunirme contigo eternamente.

Fuiste la mejor mujer que pude encontrar para vivir aquí en la tierra; la gran parte de lo que soy te lo debo a ti, ¡cómo me ayudaste al principio!, pero también lo seguiste haciendo y aun redoblando los esfuerzos en los malos momentos que pasé en los diferentes trabajos. Te di las gracias muchas veces, siempre con la modestia que tenías y la sonrisa que nunca te abandonó hasta tu enfermedad, me contestabas que no tenía importancia, que lo mejor era lo que yo hacía. Nunca quisiese ser la protagonista, trabajaste para los demás sin importarte a qué clase social, sexo, religión o ideología pertenecían. ¡Cuántos nos agradecieron las horas y el esfuerzo que hiciste! Lo comentaba contigo y no le dabas importancia porque lo hacías por el bien de ellos, no porque te lo agradecieran, siempre fuisteis así de generosa y eso en todos los aspectos de tu vida.

Gracias por empujarme a realizar determinados trabajos; sé, porque nunca tuvimos secretos entre nosotros, que alguno nunca te gustó y sufriste sonriendo por ello, aunque siempre estuviste conmigo, ayudándome en muchas ocasiones cuando lo necesitaba. Nos entendíamos perfectamente, no exagero, es la verdad. Llegamos a ser lo que prometimos al casarnos, fuimos, somos, dos en uno caminando en la misma dirección, la razón es el amor que nos tuvimos desde el principio, lo hablamos cuando tú ya estabas mal y no nos equivocamos. Gracias por ser como fuiste, como eres, deseo estar contigo cuanto antes, esperando que Dios, en el que siempre creímos, lo decida. Te echo de menos en muchos momentos, cada día preciso de esos consejos que me acompañaron desde que te conocí. ¡Gracias por tu entrega y amor!

Jacinto Seara | Escritor

Deja un comentario