España desindustrializada | Jacinto Seara

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No hace muchas décadas, España era un país industrializado, considerado la octava potencia mundial; sólo en pesca, la flota gallega era la tercera del mundo, tras Rusia y Japón. Los que desde hace algún siglo cambiaron lo que era Hispanoamérica o Iberoamérica por Latinoamérica, cuando tuvieron la ocasión no nos dejaron seguir con nuestra industria. Esperaron el momento y, con motivo de la entrada en la OTAN y posteriormente en la Unión Europea, fueron desmantelando nuestro tejido industrial, ganadero y agricultor. Su intención siempre fue que fuéramos el lugar de descanso vacacional, verano o invierno, del resto y convertirnos en un espacio de ocio sin otros recursos que los mínimos que pudimos conservar. No hay culpa política ni de ningún partido, tuvieron que aceptarlo si queríamos pertenecer a las organizaciones antes mencionadas.

Nuestros altos hornos y la industria siderúrgica, desmanteladas, lo mismo que los astilleros, la minería, la industria lechera, cárnica, conservera, los cítricos, la agricultura prácticamente sin excepciones y un largo etc., donde incluyo la próspera textil catalana. Los que tienen algunos años recordarán los movimientos de manifestaciones y huelgas prácticamente en todos los sectores. Si hasta dejamos de fabricar camiones y automóviles propiamente españoles. Fue el peaje que tuvimos que pagar para que Occidente nos tuviese en cuenta y permitiese que estuviésemos en sus organizaciones. No debe de extrañarnos que con Ucrania se esté siendo tan duro.

Ha llegado el momento, tras lo que ha pasado en estas últimas décadas, y lo que estamos sufriendo ahora con una emergencia energética, de falta de ciertos alimentos y materiales, para que con lo poco que nos queda seguir adelante. Tenemos que seguir los pasos y hacer lo que está haciendo parte de Europa, de plantearnos el abandono de objetivos que nos van a llevar a situaciones peores, de pensar nuevamente en la industria, el comercio, la pesca, el campo… para poder seguir con el estado del bienestar que tanto nos costó, y no ser dependientes en lo fundamental, como lo son los países que han cambiado el rumbo y abandonan ideas que conducen al empobrecimiento de la ciudadanía. Es hora de hacer planes reales para lograr el objetivo, sin olvidar el turismo.

Jacinto Seara | Científico y escritor

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