El Salvador ha pasado de ser el país más inseguro del mundo al segundo más seguro de América en pocos años. Esto es lo que se conoce como milagro Bukele.
Las previsiones de las elecciones del 4 de febrero apuntan a una reelección del presidente y a la debacle de una oposición que se enfrenta a su desaparición
Imaginen un país que, hasta hace nada, era de los más peligrosos del mundo, y que ahora es una auténtica balsa, un oasis de seguridad. Este es el fenómeno que está ocurriendo en El Salvador, una suerte de milagro que promete convertir a Bukele en el presidente más votado de la historia del país. Las últimas encuestas hablan de una intención de voto de hasta el 93%, algo inimaginable casi para cualquier país del mundo. ¿Cuál ha sido la receta?
El Salvador es un pequeño país, situado en Centroamérica, que hace solo 10 años era de los más peligrosos del mundo. Una sociedad de poco más de 6 millones de habitantes, donde nadie estaba a salvo.
El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, llegó al poder en 2019 prometiendo mano dura contra el crimen, especialmente contra las pandillas y bandas organizadas relacionadas con el narcotráfico y la extorsión, y que habían convertido a El Salvador en un estado fallido al ser el más inseguro del mundo.
Y el éxito ha sido rotundo. Sin apelativos. Tomando como referencia la tasa de homicidios por cada 100.000 personas, El Salvador ya es más seguro que EEUU y tan solo es superado en el continente por Canadá, tal y como muestra Latinometrics.
Y los ladrones y asesinos terminan en la cárcel. La población carcelaria se ha triplicado. El estado de excepción decretado en el país otorga a las fuerzas y cuerpos de seguridad carta blanca a la hora de realizar redadas y detenciones por pertenencia a banda criminal
Bukele es el líder político más popular del mundo
La efectividad contra el crimen resulta evidente, hasta el punto de que el Gobierno cosecha un apoyo histórico por parte de la población. Bukele es el líder político más popular del mundo, con un respaldo electoral, según las encuestas, de más del 93%.
En este altísimo índice de aprobación seguramente tenga mucho que ver su política de absoluta mano dura contra el crimen organizado de las violentas maras o pandillas. Y es que los ciudadanos de a pie salvadoreños estaban sencillamente hartos de la elevada delincuencia, la inseguridad y los asesinatos, de esas bandas criminales. Por lo que es perfectamente entendible el entusiasmo que suscita el salvadoreño entre sus conciudadanos.
Efectos beneficiosos
Y el efecto de esta seguridad en la calles también se está traduciendo en mejoras económicas.
Para empezar, porque cada vez menos salvadoreños abandonan el país. La detención de salvadoreños cruzando la frontera de EEUU se ha hundido un 37% interanual en 2023.
Y, en segundo término, porque, además de impulsar el crecimiento, está aumentando de forma sustancial la inversión exterior en el país.
Además, la economía está floreciendo, con una tasa de inflación controlada, y a la llegada de turistas, que con su gasto fortalecen los ingresos de los negocios locales.
La mano dura contra el crimen y la delincuencia, por tanto, funciona, y no sólo a nivel de seguridad, sino también desde el punto de vista económico social.
Reelección de Bukele el 4 de febrero
Las previsiones de las elecciones del 4 de febrero apuntan a una reelección de Bukele y a la debacle de una oposición que se enfrenta a su desaparición.
En El Salvador, a menos de una semana de la celebración de sus elecciones generales, pocos ponen en duda la reelección de Nayib Bukele. Las encuestas en El Salvador pronostican que el actual mandatario y su partido, Nuevas Ideas, arrasarán con las elecciones presidenciales y legislativas. La altísima popularidad de Bukele explican, obviamente, este escenario.
La pregunta que nos podríamos hacer es, ¿sería posible un Bukele en España?
(Con información de Libertad Digital/ El economista)