La matanza de 5.000 personas fue dirigida por el actual “califa” de la banda yihadista, Ibrahim Hashimi
En agosto de 2014, al comienzo del Califato de Daesh, unos 6.500 yazidíes, la mayoría mujeres y niños, fueron secuestrados en la comarca iraquí de Sinyar, hogar de esta minoría, cuyas raíces se remontan a 2.000 años antes de Cristo, “discriminada y perseguida desde el comienzo del Islam. Los yihadistas separaron a los hombres, a los que ejecutaron (se calcula que a unos 5.000), mientras las mujeres fueron torturadas y vendidas como esclavas sexuales y los niños, entrenados para matar.
Cerca de 400.000 personas huyeron y cientos o tal vez miles -la cifra real se desconoce- murieron de hambre y sed, cercados durante días por el Estado Islámico en el monte en el que intentaron refugiarse.
(Con información de JM Zuloaga | Diario La Razón)