Sánchez vuelve a arrodillarse ante Marruecos
La sumisión de España ante Marruecos marca una nueva etapa donde el Gobierno entrega soberanía y deteriora la unidad nacional. La reunión opaca y casi secreta en Moncloa de ayer jueves confirma la ofensiva marroquí contra nuestros intereses.
Marruecos avanza mientras España retrocede
La sumisión de España ante Marruecos se consolida tras una cumbre clandestina celebrada en Madrid. Ningún medio pudo entrar. Ningún español conoce los detalles. Todo se cocina en la oscuridad y el secretismo. A esta Reunión de Alto Nivel, Marruecos llega con un único objetivo: revestir de legalidad internacional con acuerdos bilaterales la ofensiva expansionista y anexionista con pretensiones de expolio sobre España.
El PSOE facilita ese camino. Lo hace con entusiasmo y sin escrúpulos. Lo hace sin considerar el daño que esta orientación provoca a la soberanía nacional. El Gobierno entrega espacios de decisión y cede posiciones estratégicas mientras la opinión pública permanece desinformada.
Incluso el CIS ya ha advertido que Marruecos es considerado por los españoles como nuestro principal enemigo y que la inmigración masiva magrebí se convierten en la gran amenaza para España. Marruecos mantiene una actitud hostil, lo proclama y no lo oculta. Su hoja de ruta incluye la anexión de Ceuta, Melilla y Canarias, además de la consolidación del Sahara como territorio suyo. No improvisan. No frenan. Avanzan.
El control del Sáhara y el objetivo oculto del Monte Tropic
La diplomacia marroquí funciona a pleno rendimiento. Sus lobbies operan en Europa, en Estados Unidos y dentro de España. Muchos políticos socialistas, exministros y expresidentes colaboran con «entusiasmo sospechoso». La sumisión de España ante Marruecos les abre puertas y ellos las cruzan.
El régimen alauí exige controlar el espacio aéreo del Sáhara Occidental. España ya coordina ese control desde Canarias. Marruecos quiere ejecutarlo en solitario. Pretende justificarlo como un simple traspaso técnico dentro de una supuesta “voluntad de cumplir protocolos internacionales aéreos”. Pero la intención real resulta evidente: dominar el aire como paso previo para exigir también el dominio terrestre y marítimo.
El verdadero objetivo se esconde bajo el agua: el Monte Tropic, un tesoro estratégico. Aglutina cerca del 5% del telurio mundial, además de tierras raras y cobalto. Materiales clave en el desarrollo tecnológico del siglo XXI. Esa zona submarina forma parte de la placa geológica canaria. España tiene una legitimidad indiscutible por cercanía y continuidad geológica. Marruecos no.
El régimen alauí ofrece a cambio una supuesta “seguridad jurídica para Canarias”. Una oferta al más puro chantaje mafioso. Marruecos asume el botín submarino y deja a España los problemas terrenales: inmigración masiva, presión social y colapso asistencial.
La estrategia de ocupación sin tanques ni barcos
La sumisión de España ante Marruecos no necesita guerra convencional. Marruecos usa herramientas más eficaces: inmigración, narcotráfico y presión económica. Su lobby compra voluntades. Su diplomacia maniobra sin descanso.
España sufre un proceso de debilitamiento interno. Un país que pierde fe en su identidad cae en manos de quienes desean controlarlo. Marruecos lo sabe. Actúa con precisión quirúrgica. «Incentiva políticos y económico» complacientes. Promueve periodistas afines. Busca que cualquier concesión se firme con apariencia de legalidad internacional.
Los enemigos de España celebran la figura de Pedro Sánchez porque facilita ese plan. Él ejecuta sin rechistar. Se comporta como “el perfecto siervo de Marruecos” y como la herramienta dócil del globalismo. Estados Unidos considera a Marruecos su aliado clave en el Atlántico. Si para ello España debe pagar el precio, se acepta sin resistencia. La Administración Trump ya apuntó ese camino y ahora diversos actores internacionales lo consolidan.
La reunión en Moncloa: oscuridad absoluta
La nueva reunión entre Pedro Sánchez y el jefe del Gobierno marroquí, Aziz Akhannouch, se celebra a puerta cerrada. No existe declaración pública ni comparecencias. No hay transparencia. A diferencia de 2023, ningún periodista puede cubrir el encuentro.
España acude con una lista amplia de ministros afines al proyecto sanchista. Marruecos llega con su estrategia intacta y con un respaldo internacional que crece. La ONU se inclina hacia sus tesis sobre el Sáhara. Francia lo apoya. Estados Unidos también. Rabat sabe que esta situación representa un momento decisivo.
Mientras tanto, Marruecos mantiene sus aspiraciones sobre Ceuta y Melilla, que denomina “ciudades ocupadas”. También señala regiones de Mauritania, Argelia y aguas próximas a Canarias. Su política expansionista nunca se detiene.
La sombra de la traición se extiende. El Gobierno oculta información. Oculta compromisos. Oculta cesiones. La sumisión de España ante Marruecos se agrava con cada silencio y con cada acuerdo firmado.
España debe despertar
Sánchez vuelve a arrodillarse ante Marruecos. La sumisión de España ante Marruecos no puede continuar. Nuestros antepasados defendieron esta tierra frente a invasiones y agresiones. Nunca aceptaron vivir como siervos. Nunca agacharon la cabeza. Hoy la amenaza no llega con fusiles. Llega con acuerdos secretos, con diplomacia hostil y con una élite gobernante que se rinde.
España debe recuperar autoridad, dignidad y soberanía. Debe romper esta dependencia tóxica. Y debe exigir explicaciones antes de que sea demasiado tarde.




