Existe todo un entramado que financia a Zohran Mamdani: “es el rostro amable de una maquinaria radical” islamista
La verdad sale a la luz. Detrás de Zohran Mamdani, candidato socialista-comunista por el Partido Demócrata a la alcaldía de Nueva York, se esconde una red político-financiera impulsada por Soros y el islam radical. Según una investigación de Fox News Digital, la maquinaria que respalda a Mamdani combina el socialismo estadounidense con la agenda islamista, moviendo más de 2,5 millones de dólares en fondos procedentes de organizaciones izquierdistas y fundaciones vinculadas a George Soros.
Un entramado que busca imponer una agenda ideológica peligrosa: normalizar el islam político dentro del izquierdismo estadounidense.
La red de poder que impulsa a Mamdani
El informe de Fox News Digital, recogido también por La Gaceta de la Iberosfera, detalla cómo Soros y el islam radical detrás de Mamdani han articulado una red de apoyo perfectamente estructurada. El político, de apenas 34 años, ha sido promovido por las organizaciones MPower Change y Emgage, dirigidas por la activista palestino-estadounidense Linda Sarsour, conocida por su discurso antisraelí y su proximidad a la izquierda radical.
Ambas plataformas han recibido millones de dólares de la Open Society Foundations de George Soros, además de fondos de las fundaciones Ford, MacArthur y Tides. Estas organizaciones canalizan recursos hacia causas izquierdistas que, en realidad, refuerzan una alianza entre el socialismo global y el islam político.
Esta red combina “activismo socialista, estructuras islámicas y organizaciones políticas demócratas”. Su objetivo: normalizar la influencia islamista dentro del izquierdismo estadounidense, infiltrando el discurso político con mensajes de victimismo y multiculturalismo instrumentalizado.
Los vínculos de Mamdani con imanes radicales
La conexión entre Soros y el islam radical detrás de Mamdani se hace más evidente al analizar las relaciones del candidato con líderes religiosos extremistas. Mamdani mantiene vínculos con los imanes Siraj Wahhaj y Talib Abdur-Rashid, ambos conocidos por su apoyo a la sharía y por defender figuras relacionadas con el terrorismo islamista.
Siraj Wahhaj, por ejemplo, fue testigo de defensa del “jeque ciego” Omar Abdel-Rahman, condenado por el atentado del World Trade Center en 1993. Wahhaj llegó incluso a pedir públicamente “un ejército de 10.000 musulmanes en Nueva York”.
Pese a ello, Mamdani se ha fotografiado junto a Wahhaj en actos públicos y lo ha descrito como “uno de los líderes musulmanes más respetados del país”. Este gesto, lejos de ser anecdótico, revela una sintonía ideológica con las corrientes islamistas que pretenden ganar espacio político dentro de Estados Unidos.
El plan de ingeniería política islamo-socialista
Según el análisis de Dalia Al-Aqidi, candidata republicana y analista política, “el ascenso de Mamdani no es espontáneo: es el producto de una alianza entre el socialismo y el islam político, lubricada por millones de dólares y un relato victimista cuidadosamente diseñado”.
La propia Al-Aqidi añade: “Mamdani es el rostro amable de una maquinaria radical que está utilizando la política estadounidense como herramienta de poder religioso e ideológico. Su éxito no sería una casualidad, sino el triunfo de una ingeniería política al servicio del islamismo y la extrema izquierda”.
Estas palabras confirman lo que muchos analistas conservadores han denunciado: que Soros y el islam radical detrás de Mamdani representan una estrategia conjunta para transformar el corazón político de Estados Unidos. Nueva York, símbolo del capitalismo y la libertad, se convierte en el nuevo campo de batalla ideológico de la izquierda globalista.
El islam político, aliado con el izquierdismo occidental, busca legitimarse como “movimiento social oprimido” mientras infiltra estructuras de poder y educación. Detrás del rostro sonriente de Mamdani se oculta un proyecto de control ideológico financiado y planificado desde los centros de poder globalistas.
La maquinaria del partido demócrata e islamistas: un frente común
Soros y el islam radical detrás de Mamdani actúan en coordinación con los Democratic Socialists of America y los comités musulmanes del Partido demócrata, que se encargan de captar votantes, financiar campañas y colocar candidatos afines al progresismo islámico.
Estas estructuras no solo impulsan a Mamdani; también operan en otras ciudades de Estados Unidos, promoviendo una agenda que mezcla relativismo moral, multiculturalismo extremo y antiamericanismo. En este contexto, Mamdani se presenta como “la nueva cara de la diversidad”, pero en realidad encarna una amenaza a los valores fundacionales de Occidente: la libertad individual, la igualdad ante la ley y la defensa de la nación.
El islamismo político, disfrazado de “movimiento progresista-izquierdista”, busca consolidar su presencia institucional en la cuna del mundo libre. Nueva York podría ser su laboratorio.
Soros, el dinero y la influencia global
El poder financiero de George Soros resulta clave en esta estrategia. A través de la Open Society Foundations, canaliza miles de millones de dólares hacia causas que promueven la ideología de género, la inmigración masiva, el aborto libre y, como en este caso, el islam político.
Soros y el islam radical detrás de Mamdani no son una coincidencia: son el reflejo de un patrón global que se repite en Europa y América Latina, donde movimientos progresistas se alían con actores islámicos bajo la narrativa común del “antirracismo” y la “inclusión”. En realidad, buscan erosionar las raíces culturales y religiosas de Occidente.
El resultado es claro: el islamismo gana legitimidad y el izquierdismo gana votos, mientras la sociedad pierde identidad y libertad.
Mamdani, el caballo de Troya del islam político
El caso de Zohran Mamdani revela cómo el socialismo global y el islam político operan en alianza bajo la financiación de Soros. Este candidato representa una estrategia bien diseñada para infiltrar el sistema estadounidense.
Fox News y analistas conservadores han puesto sobre la mesa las pruebas: millones de dólares canalizados, vínculos con imanes radicales, y una narrativa victimista al servicio del proyecto globalista e islamista.
En un momento en que Occidente enfrenta una crisis de valores, reconocer el peligro de figuras como Mamdani se vuelve urgente.
