«El islam llegó con la espada y ha vuelto a la espada. Las iglesias tienen que ser mezquitas, no iglesias»

El islam llegó con la espada: la amenaza que España ignora

El juicio al marroquí Yassine Kanjaa, autor del asesinato del sacristán Diego Valencia en Algeciras, ha revelado con crudeza la verdad que muchos niegan: Las iglesias tienen que ser mezquitas, no iglesias. El islam llegó con la espada y ha vuelto a la espada.”

Estas palabras resumen el peligro que España y Europa enfrentan, mientras las autoridades miran hacia otro lado e incluso lo promocionan.

El asesinato de Diego Valencia: un crimen por odio religioso

El 25 de enero de 2023, el yihadista Yassine Kanjaa irrumpió en la iglesia de Nuestra Señora de la Palma en Algeciras. Armado con un machete, atacó brutalmente a varios feligreses y asesinó al sacristán Diego Valencia. Durante el juicio, el propio acusado explicó sin remordimiento: “El islam llegó con la espada y ha vuelto a la espada.”

Cuando el juez le preguntó por qué eligió el machete, respondió sin vacilar: “Porque el islam llegó con la espada y ha vuelto a la espada.” Al ser interrogado sobre su motivación, añadió: “Las iglesias tienen que ser mezquitas, no iglesias.”

Estas frases muestran la raíz del radicalismo islámico que se extiende en Europa: una ideología que justifica la violencia y el sometimiento en nombre de la religión.

El islam llegó con la espada, y esa espada hoy se blande en nuestras calles, con el mismo odio que hace siglos.

El islamismo radical: una amenaza para la libertad religiosa

El caso de Algeciras no es un hecho aislado. Es la consecuencia directa de años de complacencia política y de negación de la realidad. Mientras los españoles sufren las consecuencias, los partidos del sistema —PSOE y PP— siguen negando la evidencia.

Cuando la número tres del PP, Alma Ezcurra, afirmó que “No hay invasión musulmana en España, utilizar esas palabras es meter miedo a la gente”, negaba una verdad que se repite con sangre: hay una invasión ideológica y cultural que busca destruir las raíces cristianas de España.

El radicalismo islámico no se conforma con convivir. Pretende imponer su ley y sustituir las iglesias por mezquitas. Así lo dijo el propio asesino en sede judicial. No lo dice la prensa conservadora. Lo dicen ellos mismos.

El islam llegó con la espada, y sus seguidores más radicales no ocultan su intención de reconquistar Europa, no con argumentos, sino con violencia. Con asesinatos y terror.

Silencio político y cobardía moral

Mientras el radicalismo islámico crece, la clase política calla. El PSOE, entregado al multiculturalismo, lo presenta como un fenómeno “de convivencia”. El PP, cómplice del globalismo y por miedo a ser acusado de xenofobia, se refugia en el silencio o en frases vacías. Pero cada silencio es una renuncia a la verdad y una traición a las víctimas.

La cobardía política se traduce en permisividad. España sufre la entrada descontrolada de inmigración procedente de países islamizados. Sin filtros, sin integración y sin respeto por nuestras costumbres.

El multiculturalismo no ha traído paz ni tolerancia. Ha traído violencia, inseguridad y ataques contra los cristianos. Y cuando el terror llama a la puerta de una iglesia, las autoridades prefieren mirar hacia otro lado.

Europa repite los errores del pasado

El caso de Yassine Kanjaa no es una excepción española. En Francia, Alemania, Suecia o Bélgica, los ataques islamistas se han convertido en una trágica rutina. Las mismas frases se repiten una y otra vez: “No representa al islam.” Pero cada atentado demuestra lo contrario.

El propio Kanjaa afirmó que actuó siguiendo el Corán. “Lo aprendí en el Corán”, dijo ante el juez. Sus palabras desmienten el discurso oficial que intenta separar el islam de sus interpretaciones radicales.

Europa se niega a ver lo que está ocurriendo: una invasión ideológica que utiliza la tolerancia como arma.
Y mientras las iglesias se vacían, las mezquitas se multiplican. El enemigo no está fuera, ya está dentro. Y como dijo el asesino de Algeciras, “El islam llegó con la espada y ha vuelto a la espada.”

Defender la fe, defender España

El sacrificio de Diego Valencia, asesinado por ser cristiano y por servir en una iglesia, no puede quedar en silencio. El islamismo radical pretende borrar nuestras raíces y sustituir nuestros templos. Y quienes callan ante esta barbarie se convierten en cómplices.

España necesita recuperar el valor de llamar a las cosas por su nombre. Necesita líderes que no teman decir que el islam llegó con la espada, y que esa espada hoy amenaza nuestras calles, nuestras iglesias y nuestras familias.

El juicio de Yassine Kanjaa no cierra un caso. Abre una advertencia. El islamismo radical no busca convivir, busca conquistar. Y su método, como ellos mismos confiesan, sigue siendo la espada, el terror y la muerte.

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4 comentarios en ««El islam llegó con la espada y ha vuelto a la espada. Las iglesias tienen que ser mezquitas, no iglesias»»

  1. Y luego dicen que porqué hay que votar a vox. Vox no es un partido radical es un partido racional y con compromiso con lo que dijo desde un principio .Además que se sepa no ha robado a diferencia del pp que es un partido que ha engañado a sus votantes mas cerca del socialismo delincuente que de los ciudadanos y que sigue en componendas con el socialismo criminal, el de los inmigrantes ilegales que irónicamente dicen que son sus niños al mismo tiempo que nos matan a impuestos.

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