Los no nacidos en España cometieron el 41% de estos crímenes, aunque suponen solo el 11,7% de la población
Los extranjeros cometen 5,2 veces más delitos sexuales en España
Los datos oficiales confirman una realidad que el poder intenta ocultar. En 2024, los extranjeros cometieron el 41% de los delitos sexuales registrados en España, a pesar de representar solo el 11,7% de la población. Esta desproporción revela que los delitos sexuales cometidos por extranjeros en España se producen 5,2 veces más que entre los nacionales.
La cifra procede del exhaustivo trabajo del ingeniero informático José Manuel Molina, quien elaboró una base de datos independiente para contrastar la información del Ministerio del Interior. Sus conclusiones desmontan la narrativa izquierdista del gobierno que insiste en negar cualquier vínculo entre inmigración masiva e inseguridad ciudadana.
El aumento alarmante de los delitos sexuales en España
El estudio pone de manifiesto que los delitos sexuales se han disparado en los últimos años, tanto entre españoles como extranjeros, aunque con un crecimiento proporcional mucho mayor entre los extranjeros. En 2010 se registraron 5.102 delitos sexuales; en 2024, la cifra alcanzó los 12.979, un aumento del 254,4%.
El salto más brusco se produjo entre 2020 y 2021, pasando de 7.338 a 9.545 casos. Desde entonces, la tendencia no ha dejado de crecer, reflejando una crisis de seguridad que el Gobierno niega sistemáticamente. Mientras tanto, los delitos sexuales cometidos por extranjeros en España continúan aumentando y superan ampliamente la proporción demográfica de este grupo.
También un fenómeno menos difundido: las agresiones sexuales cometidas por mujeres, concentradas en un 85% en Cataluña durante 2024. Este dato, incómodo para el discurso feminista oficial, demuestra que la violencia sexual no responde a un único patrón, sino a un deterioro generalizado del orden social.
Cataluña y Madrid, epicentros del problema
La islamización de la delincuencia sexual se evidencia en las regiones donde la inmigración ha crecido sin control. Cataluña encabeza la lista con 2.433 delitos sexuales en 2024, de los cuales 1.204 fueron cometidos por extranjeros, casi los mismos que los perpetrados por españoles (1.229).
La Comunidad de Madrid muestra una proporción similar: 911 delitos sexuales cometidos por extranjeros frente a 1.030 por nacionales.
Estos datos confirman que la delincuencia importada ya iguala —y en algunos casos supera— la autóctona.
La inseguridad crece mientras el Gobierno calla
Mientras los delitos sexuales aumentan, el Gobierno de Pedro Sánchez guarda silencio. La opacidad institucional es total. Según denuncia Molina, «la información tal y como está presentada da vergüenza, ni siquiera se calculan los condenados por cada 100.000 habitantes».
El investigador critica que el Ministerio del Interior oculte datos esenciales para medir la delincuencia real. Su base de datos demuestra que los delitos sexuales cometidos por extranjeros en España no son una excepción, sino parte de una tendencia general.
Entre 2023 y 2024, el número total de condenados por delitos sexuales pasó de 2.867 a 3.936, un aumento del 50,8% en un solo año. «Estamos en máximos históricos en cuanto a delitos sexuales», afirma Molina. Y añade: «No pueden estar hablando de que no hay problemas de seguridad con estos números, que casi se han duplicado. El problema es la inseguridad, y la hay».
Orígenes de los agresores: África a la cabeza
El estudio desvela también la procedencia de los delincuentes. Las agresiones sexuales y violaciones se disparan entre personas provenientes de África, con una tasa de 27,9 por cada 100.000 habitantes, más del doble que la de los procedentes de América (11,4) y casi cuatro veces superior a la de los asiáticos (6,9).
Dentro de África, la nacionalidad argelina destaca por su altísimo índice delictivo: 11.900 detenidos de un total de 51.752 censados. Estos datos, procedentes de registros oficiales, reflejan un desequilibrio preocupante que la clase política ignora deliberadamente.
Los delitos sexuales cometidos por extranjeros en España no son un tabú estadístico, sino una realidad verificable. Sin embargo, el Gobierno, los partidos globalistas y los grandes medios prefieren silenciarla para no cuestionar la política de fronteras abiertas.
La política del silencio: ocultar los datos para mantener el relato
La actitud del Ejecutivo revela una estrategia: negar la evidencia para proteger su relato ideológico. José Manuel Molina lleva meses realizando una labor que corresponde al Estado. «El nivel de información que dan desde el Ministerio del Interior es lamentable, y es información que ellos tienen», denuncia.
Su trabajo no solo pone en evidencia la falta de transparencia institucional, sino también la complicidad de quienes manipulan los datos para sostener una narrativa falsamente integradora. Los medios afines al Gobierno evitan mencionar los delitos sexuales cometidos por extranjeros en España, temiendo alimentar lo que llaman “discurso de odio”. Pero lo que hay no es odio, sino realidad estadística.
El propio Molina ya había elaborado una base de datos sobre feminicidios, donde se constataba que los extranjeros eran 3,8 veces más propensos a cometer este tipo de crímenes. En otra base, sobre detenciones y condenas, demostró que los africanos eran condenados 4,8 veces más que los españoles.
Los datos desmienten el relato del poder
Los números no mienten. Los delitos sexuales cometidos por extranjeros en España superan en más de cinco veces la tasa nacional. Esta es la verdad que el Gobierno y sus socios cómplices intentan ocultar.
La realidad se impone al relato: la inmigración masiva descontrolada tiene un impacto directo en la criminalidad sexual y en la convivencia.
La sociedad española necesita datos, no consignas. Transparencia, no manipulación. La prioridad debe ser proteger a las víctimas, no proteger al discurso político. Porque los hechos, como siempre, matan el relato.