No son hechos puntuales. Es una agenda: Hoy es Ceuta y Melilla…mañana será Cataluña y Andalucía…al final, toda España
Pero para el cómplice PP no existe invasión. Alma Ezcurra, número tres del PP: «No hay invasión musulmana en España, utilizar esas palabras es meter miedo a la gente»
Avanza la islamización de España
La islamización de España se acelera: en 12 regiones ya se imparten clases de «árabe» financiadas por el régimen marroquí y cuenta con docentes funcionarios del Ministerio de Educación marroquí, coordinados directamente por la Embajada del país en Madrid.
Y por si fuera poco, según el Ministerio de Educación, tres colegios públicos —situados en Ceuta y Melilla— ya cuentan con un 100% de alumnos musulmanes. Los datos, revelados por el propio departamento de Pilar Alegría, confirman una tendencia que deja de ser puntual y se consolida como una agenda demográfica y cultural.
Una transformación profunda: Ceuta y Melilla como laboratorio social
Los datos del Ministerio muestran que en Ceuta el número de alumnos musulmanes supera en todos los colegios el 76%, llegando incluso al 99,3% y al 100% en algunos casos. En Melilla, un centro alcanza el 97,8%, otro el 90,3% y el tercero el 76,6%. Más allá de la retórica oficial, la islamización de España se consolida bajo el discurso de la “inclusión cultural”.
La administración impone el modelo multicultural como política de Estado, ignorando la pérdida de identidad nacional y el desplazamiento de los valores y costumbres españolas. Hoy son Ceuta y Melilla; mañana serán Cataluña, Andalucía o cualquier otra comunidad donde la inmigración musulmana se multiplica sin control.
Una política diseñada para la sumisión cultural
Así, por ejemplo, los pliegos técnicos de los contratos de comedor detallan que las empresas adjudicatarias deben servir carne halal y ofrecer menús especiales “por razones éticas, religiosas o de salud”. Sin embargo, no contemplan menús con carne de cerdo ni alternativas para quienes no profesan el islam.
Esto confirma una política dirigida a normalizar la islamización de España bajo el pretexto de la convivencia. El Estado renuncia a defender su herencia cultural y religiosa, sustituyéndola por un modelo que privilegia las exigencias de una minoría organizada y creciente.
El Gobierno de Pedro Sánchez, con el silencio cómplice del Partido Popular, se convierte así en agente activo de una transformación social sin precedentes. Mientras el Ejecutivo presume de “inclusión”, los españoles ven cómo sus tradiciones desaparecen, cómo las escuelas públicas abandonan símbolos nacionales y cómo la neutralidad del Estado se convierte en una ficción.
El Partido Popular se pliega al discurso globalista
Resulta especialmente grave la posición del Partido Popular, que lejos de advertir el peligro, se alinea con el relato progresista. Alma Ezcurra, número tres del PP, declaró: «No hay invasión musulmana en España, utilizar esas palabras es meter miedo a la gente».
Esa frase, pronunciada por una dirigente de la derecha oficial, revela hasta qué punto la clase política española —tanto socialista como popular— se somete a la agenda globalista y a la presión de Bruselas y de los organismos internacionales.
El PP prefiere mirar hacia otro lado antes que reconocer la evidencia. La islamización de España no es un mito ni una exageración: es un proceso medible, avalado por los datos oficiales, y respaldado por políticas públicas que sustituyen la cultura española por una amalgama multicultural.
Una agenda demográfica y política planificada
El avance del islam en España no responde únicamente a causas migratorias, sino a un diseño político promovido desde la izquierda y la derecha globalista del PP. La combinación de regularizaciones masivas, políticas de “integración” y concesiones religiosas alimenta un cambio de paradigma cultural.
En Ceuta y Melilla, las autoridades educativas reconocen que la práctica totalidad del alumnado es musulmana. Pero el fenómeno se extiende por barrios de Barcelona, Madrid, Valencia, Málaga o Granada, donde los colegios públicos concentran ya una mayoría de alumnos de origen islámico. La islamización de España se ejecuta de manera silenciosa, bajo la cobertura mediática de la corrección política.
Mientras tanto, las familias españolas que desean mantener sus tradiciones ven cómo el Estado margina su identidad en nombre de una supuesta “diversidad”. Los mismos que censuran los belenes o los villancicos en Navidad celebran con entusiasmo la ampliación de las fiestas islámicas en las escuelas.
Silencio institucional, renuncia nacional
El discurso del Ministerio de Educación se presenta como “neutral”, pero los hechos revelan lo contrario. El Gobierno impone un modelo que sustituye la tradición española por las normas del islam. Las administraciones regionales, lejos de cuestionar esta deriva, la facilitan.
La complicidad del PSOE y del PP alimentan la islamización de España. Ambos partidos ignoran las advertencias de demógrafos y analistas que alertan sobre el impacto cultural, religioso y social de esta transformación. La sustitución demográfica ya no es una hipótesis, sino una realidad constatable.
Ceuta y Melilla, convertidas en laboratorios de multiculturalismo, representan el futuro que las élites globalistas pretenden para todo el país: una España fragmentada, desarraigada y sin identidad.
El silencio del PP confirma su papel de colaborador del sistema. Como dijo Alma Ezcurra, “no hay invasión musulmana”, pero los hechos la desmienten. España no puede seguir cediendo terreno ante una agenda que destruye sus raíces y pone en riesgo su cohesión nacional. Si Ceuta y Melilla son hoy el ejemplo, mañana lo serán Cataluña, Andalucía y toda España.
1 comentario en «Avanza la islamización de España: tres colegios de España ya tienen hasta un 100% de alumnos musulmanes»
Si hubiera justicia y la sociedad española no fuera tan borrega, cretina, sumisa, cobarde, amoral y miserable, esta panda de psicópatas criminales degenerados y traidores iba a purgar sus pecados más pronto que tarde en esta vida. Será en la otra donde ante la Justicia Divina terminarán pagando su vileza y su traición.