El sacerdote «rojo y traidor» explota desde 2021 esta obra de materiales reciclados que le donó en vida su artífice
El Padre Ángel y la catedral de Justo vuelven a estar en el centro de la polémica. El sacerdote “rojo y traidor” como le llaman los vecinos no solo ha traicionado el uso original que su constructor quería para la catedral de Mejorada del Campo, sino que además la explota sin licencia urbanística, según documentación del Ayuntamiento a la que tuvo acceso OK Diario. Una muestra más del declive moral de quienes, bajo apariencia de caridad, pisotean la fe y la verdad.
La catedral de Justo: la profanación de un templo de fe
La catedral de Justo Gallego, levantada durante seis décadas con materiales reciclados y esfuerzo personal, se ha convertido hoy en un símbolo manipulado. Tras la muerte de su creador en 2021, el inmueble pasó a manos de Mensajeros de la Paz, asociación que preside el Padre Ángel, valorado en 1,2 millones de euros según la escritura notarial. Desde entonces, el sacerdote utiliza el edificio como centro social, e incluso abrió una mezquita en su interior, desvirtuando completamente la voluntad del humilde albañil que la soñó como templo católico dedicado a la Virgen del Pilar.
El Padre Ángel catedral de Justo representa así una traición espiritual y moral. Donde antes hubo oración, hoy hay fiestas, bailes y conciertos. Donde hubo fe, hoy hay espectáculo.
Sin licencia y con irregularidades urbanísticas
La documentación del Ayuntamiento de Mejorada del Campo confirma que la catedral no cuenta con licencia urbanística. La propia asociación del sacerdote presentó, el 16 de marzo de 2022, una solicitud de obra mayor para legalizar el centro social “Mensajeros de la Paz”, pero sin cumplir con los requisitos básicos.
El proyecto debía incluir estudios de seguridad estructural, incendios, accesibilidad y salubridad, conforme al Código Técnico de la Edificación, pero la documentación nunca se completó.
El informe técnico fue claro: existían órdenes de paralización y ejecución de obras incumplidas desde 2016, relacionadas con el vallado perimetral, las escaleras exteriores y la prohibición de acceso por peligro para personas y bienes.
El Padre Ángel catedral de Justo ignora todas las advertencias. Pese a las órdenes municipales, continúa celebrando eventos en el recinto, poniendo en riesgo la seguridad de quienes acuden. La fe ha sido reemplazada por el negocio.
Testimonios que confirman el peligro
El antiguo chófer del sacerdote, Román Vidal, ex trabajador de Mensajeros de la Paz, lo confirma sin rodeos:
«Me han caído piedras al lado», aseguró en una entrevista. «Una vez estaba hablando con mi compañero y se nos cayó una piedra grande que rompió un banco de los que había allí», relató.
Estos testimonios coinciden con los informes del Ayuntamiento que describen riesgo real de desprendimientos y un peligro evidente para las personas. Sin embargo, el Padre Ángel catedral de Justo sigue organizando celebraciones y eventos en una obra no consagrada, sin licencia y sin garantías estructurales. Un comportamiento irresponsable que contradice cualquier principio moral o sacerdotal.
El Ayuntamiento archiva la licencia por incumplimientos
El 6 de junio de 2024, el edil Sergio Yáñez, concejal delegado de Modelo de Ciudad y Patrimonio, firmó el decreto de archivo del expediente de licencia urbanística. El documento fue contundente:
«A pesar del tiempo transcurrido desde el requerimiento de fecha 09/02/2024, no consta aportada la documentación requerida».
Y añadió: «El interesado no ha atendido el requerimiento, por lo que se dicta resolución dándole por desistido de su petición, con archivo de las actuaciones».
El resultado es claro: la catedral de Justo sigue sin licencia y Mensajeros de la Paz desoye los avisos.
El Padre Ángel catedral de Justo actúa al margen de la ley, de la moral y del sentido común. La estructura, además, no cumple las normas básicas de seguridad. Una obra levantada con sacrificio cristiano hoy es explotada como plataforma ideológica.
De templo de fe a negocio personal
La esencia del Padre Ángel catedral de Justo refleja una profunda decadencia espiritual. El sacerdote, más cercano a la izquierda que al Evangelio, ha convertido la catedral de la fe en centro de propaganda izquierdista. Sus vínculos con el PSOE y su discurso abiertamente ideologizado contradicen la misión sacerdotal.
En lugar de preservar el legado de Justo Gallego, ejemplo de humildad y entrega, el padre Ángel ha mercantilizado su obra. Los 400.000 euros invertidos en “mejoras estructurales” sirvieron más para fines mediáticos que para conservar el espíritu original.
Un sacerdote fuera de la doctrina
El Padre Ángel, en cambio, parece haber cambiado el altar por el micrófono y la fe por la fama. Simboliza la traición al Evangelio y a España.
Ha roto con la doctrina, ha despreciado la legalidad y ha mancillado el legado de un hombre santo que levantó una catedral con sus manos. Este sacerdote, cada día más cercano al comunismo y más lejos de Dios, debería tener la decencia de abandonar el clero. Flaco favor hace a la Iglesia, a la fe y a la memoria de Justo Gallego.
