No hay un socialismo bueno y uno malo. Son lo mismo: antiespañol y anticatólico

García-Page elimina Navidad y Semana Santa

Navidad y Semana Santa son para el socialista García-Page, «Descanso primer trimestre» y «Descanso segundo trimestre», en el calendario escolar de Castilla La Mancha

La maniobra socialista para borrar las raíces cristianas

El Gobierno de Castilla-La Mancha introdujo un cambio radical en el calendario escolar 2025/2026. Emiliano García-Page decidió borrar las palabras Navidad y Semana Santa, sustituyéndolas por fórmulas frías y agnósticas e «inclusivas» como “Descanso primer trimestre” y “Descanso segundo trimestre”. La maniobra resulta clara: disolver las tradiciones católicas en un lenguaje burocrático que diluye la identidad cultural y religiosa.

Este cambio aparece expresado en la Orden 87/2025, publicada en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha, y en el calendario gráfico difundido por la Consejería de Educación. Ninguno de los documentos utiliza los nombres tradicionales de las festividades. El periodo del 22 de diciembre al 6 de enero ya no lleva el nombre que le corresponde. Lo mismo ocurre con el tramo del 30 de marzo al 6 de abril de 2026, que desaparece bajo un tecnicismo vacío.

Es una decisión despótica y sectaria. La Junta presenta los períodos como descansos trimestrales y evita mencionar la razón cultural, religiosa y social que explica la existencia de esas fechas en el calendario español. El Gobierno mantiene los festivos laborales, pero esconde lo que significa cada una de esas celebraciones.

El socialista García-Page presume de católico mientras borra lo católico

El escándalo aumenta cuando se observa el perfil público del propio presidente autonómico. Emiliano García-Page suele declararse católico y moderado. Llegó a decir: Les molesta que yo, públicicamente, diga que soy español y que soy creyente; se creen que España es del PP y que Dios tiene el carné del Partido Popular. También afirmó: Una parte sustancial del Estado la conforman las creencias religiosas. La más mayoritaria es la católica”.

En 2021 viajó al Vaticano, se reunió con el Papa Francisco y aseguró que salió «muy emocionado». Visitó procesiones y apoyó actos religiosos en múltiples municipios. Su discurso siempre sonó conciliador. Sin embargo, en cuanto gobernó sin contrapesos, actuó en sentido contrario. García-Page elimina la Navidad y la Semana Santa desde su administración mientras presume de católico ante los micrófonos.

Este contraste revela algo evidente: la izquierda cuando legisla, borra cualquier referencia al cristianismo. Lo hace desde hace décadas en educación, en instituciones y en la cultura pública. La decisión de Castilla-La Mancha se incorpora a esa estrategia permanente: desarraigar las tradiciones católicas para imponer un relato neutro, ideologizado y despersonalizado.

La sustitución lingüística: técnica básica del socialismo cultural

El cambio no afecta solo a un nombre. Afecta a la visión del mundo que se transmite a alumnos y familias. Las vacaciones de Navidad y Semana Santa forman parte del calendario civil y religioso español desde hace siglos. Sus nombres identifican celebraciones de enorme arraigo religioso.

El socialismo cambia el lenguaje para cambiar la realidad. Reemplaza conceptos cargados de significado por expresiones asépticas y deshumanizadas. Los vacía de contenido y después les cambia de significado. Los prostituye. Así actúa también con la familia, la vida, la nación y el sentido cristiano de nuestra cultura. Ahora le toca a la Navidad. Y lo hace un supuesto “católico” que presume de moderación mientras participa, una vez más, en la demolición de nuestras raíces.

No existe un socialismo bueno: todos comparten el mismo proyecto

Muchos ciudadanos creen que existe un socialismo “moderado” y otro “radical”. Uno bueno y otro malo. Pero la realidad demuestra lo contrario. El socialismo siempre despliega la misma obsesión anticatólica y antiespañola, con independencia de su fachada mediática. En Castilla-La Mancha lo vemos con claridad. Page intenta fingir moderación, pero su gobierno actúa como cualquier otro gobierno socialista: censura lo católico, erosiona la tradición e impone un relativismo cultural que destruye la identidad común.

García-Page elimina la Navidad y la Semana Santa, y lo hace sin complejos. Lo hará también el Partido Popular, antes o después. La experiencia histórica demuestra que el PP termina asumiendo las tesis de la izquierda con el disfraz de “neutralidad” o “respeto a la multiculturalidad”. Quien renuncia a la identidad cristiana renuncia a España. Y cuando un gobierno borra Navidad y Semana Santa, borra también nuestras raíces.

El socialismo español avanza en su proceso de deconstrucción cultural. La decisión de Castilla-La Mancha confirma ese proyecto ideológico. La maniobra revela una vez más que la izquierda no tolera la tradición cristiana, ni la identidad de España, ni la libertad educativa.

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