Se está perdiendo el tiempo en discusiones, más bien reyertas y broncas baldías, amén de perderlo también en debates, más bien altercados parlamentarios opuestos, diferentes y desfasados de la realidad, de la situación y contextos verdaderos, por mucho que digan y hablen de “reformas”. Lo triste y real es que España, con este hatajo de indocumentados que tenemos en la poltrona “Monklovita”, va de mal en peor. Ahí tenemos el costo de la vida disparada; subida de precios por las nubes; también inflación por las nubes; huelgas por doquier; crecimiento del paro, amén de las reclamaciones y demandas salariales ¿Y qué decir del IPC, que en este mes de junio llegó hasta un 10,2 %, por mor de combustibles y alimentos, siendo el nivel más alto desde 1985, en la época del “gonzalato”, todo un récord del Guinness?
Ante este panorama, ¿habrá alguna persona valiente, intrépida, temeraria y osada que se le ocurra crear una empresa, o hacer algún tipo de inversión? Sinceramente creemos que no, ya que, entre otras cosas, eso que llaman “legalidad laboral” tiene mucha demagogia y de adversidad, como lo demuestra el constante aumento del costo de la seguridad social, además de una fiscalidad sin lógica y sin sentido, que solamente está pendiente de cobros y recaudaciones.
También están los monopolios políticos, amén de una política económica confusa, incoherente y contradictoria ¿Y qué decir de los 17 reinos taifas que tenemos, que todo lo ensombrecen y oscurecen, con sus enchufismos repugnantes de gente con una ineptitud e incapacidad propia de bausanes, cenutrios, fementidos, tarúpidos, etc.? ¿A dónde iremos a parar? ¿Quién, o quiénes, arreglarán todo este maremágnum?
Aparte de todo esto, ahí están también los personalismos de gente entre bambalinas y bastidores (¿serán los “comités de expertos”, oiga?), amén de los protagonismos viejos y caducos, con sus raras y extrañas amalgamas de proposiciones, que demuestran que este desgobierno no tiene las ideas claras, ya que está en manos de corrientes políticas decimonónicas y trasnochadas que, en vez de dedicarse a promocionar, auspiciar, favorecer, colaborar y contribuir a la reconciliación nacional, hacen precisamente todo lo contrario, maniobrando y presionando todo lo existido y por haber.
Necesitamos rápidamente personas desinteresadas políticamente y con suficiente capacidad y austeridad para deshacer todo este embrollo, enredo y maraña que hay montado. Dicho claramente: España necesita limpiar, desempolvar y barrer toda esta compañía, con el objeto de no permitir que unos pocos tomen decisiones importantísimas para todos.
En fin, mientras el “pueblo soberano” no se dé cuenta y de esto y se crea a pies juntillas lo que dice el “Ente” (I), y siga yendo al “furbo”, amén de ver programas de “famosos” enseñando tetas y tabalarios, amén también de creer en los cuentos de hadas y cantos de sirenas de este desgobierno, no habrá nada que hacer.
(I).- Ya saben que el sofisma “ad verecundiam” se usa mucho en estos tiempos, aunque el “pueblo soberano” ni se entera. Quiere decir, en román paladino, “lo dijo Blas, punto redondo”, o lo dijo el “Ente” y hay que creerlo. Ya saben que para muchos votantes de lo “políticamente correcto”, el “Ente” es el último dictamen, aunque haya gente que dice que Sócrates, “Plutón” y Aristóteles fueron unos artistas.
Continuará.
Luis David Bernaldo de Quirós Arias | Escritor